El ordenador de cálculo más veloz del mundo, la computadora Janus , capaz de ejecutar programas a una velocidad muy superior a la convencional y que permitirá con ello estudiar los sistemas magnéticos y realizar investigaciones previas para el desarrollo de fármacos, ya está en España. La supermáquina , en cuyo diseño y creación, como publicó ayer EL PERIODICO, han participado una veintena de investigadores, entre ellos dos profesores de los departamentos de Física y Electrónica de la Universidad de Extremadura (Uex), llegó ayer procedente de Italia a Zaragoza, donde tuvo lugar su presentación oficial.

La consejera de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón, Pilar Ventura, presidió el acto, celebrado en el patio de la Infanta de Ibercaja, desde donde el computador sería posteriormente trasladado al Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI), dependiente de la Universidad de Zaragoza.

"Janus tiene una importante utilidad industrial y social, pues con este ordenador estudiaremos mejor los sistemas magnéticos y realizaremos investigaciones previas para el desarrollo de nuevos fármacos", indicó Ventura. "Esta máquina generará conocimiento y riqueza" continuó la consejera, quien destacó, además, el "bajo gasto energético que genera la computadora", cuyo consumo no sobrepasa los 15 kilovatios cuando todos los procesadores están trabajando.

APLICACIONES El responsable del proyecto e investigador del BIFI, Alfonso Tarancón, señaló que la primera aplicación que se ha realizado con Janus ha sido la simulación de modelos de sistemas magnéticos, "ya que su potencia de cálculo permite hacer simulaciones que resultarían imposibles con los recursos de cálculo comunes". Y anunció, al mismo tiempo, que ya se está preparando la máquina para la investigación del comportamiento de proteínas y el diseño de fármacos, "estudios de gran relevancia científica que podrían abrir el camino a otras aplicaciones", manifestó Tarancón.

Este proyecto, como ya informó ayer este diario, ha sido desarrollado por un equipo multidisciplinar de científicos de centros de investigación de España, (de las universidades de Zaragoza y la Complutense de Madrid, además de la Uex), e Italia (de Roma y Ferrara).

Ha contado con el apoyo de Ibercaja, que ha participado en su desarrollo a través de convenios con el BIFI; el Gobierno de Aragón, que ha destinado 600.000 euros a través de los fondos FEDER; y del físico italiano Giorgio Parisi, que aportó al proyecto los 180.000 euros que le otorgaron por el Premio a la Investigación de Microsoft.