Ahora es la campaña de la aceituna, pero antes fue la de la uva, la castaña, la almendra, los robos de maquinaria y de gasoil, los cables de cobre de las instalaciones de explotaciones agrícolas y ganaderas...

Los robos se han convertido en el último año en un importante quebradero de cabeza para el sector agroganadero de la región y los colectivos agrícolas hablan ya de un problema de primer nivel que comienza a alcanzar tintes de "problema estructural", según insiste el secretario general de UPA- UCE, Ignacio Huertas. Insiste en reivindicar más medios y considera que los destinados por la Delegación del Gobierno a través de la Guardia Civil no son suficientes, lo que está generando una "grave" situación de "inseguridad" en el mundo rural que está llevando al campo a una situación 'límite' ante la que demandan por parte de las administraciones regional y central más medios y más control.

LOS PUESTOS Tanto UPA-UCE como Apag Extremadura Asaja coinciden en que las aceitunas que están saliendo de forma ilícita de las explotaciones, acaban en puestos de compraventa extremeños. Los agricultores hablan de una decena de puntos que aceptan producto que carece de la documentación necesaria y reclaman mayor vigilancia de estos puestos, que se controlen de manera intensiva para garantizar que lo que se roba no llegue a ellos (y al consumidor).

Precisamente esta semana ha habido una reunión en la que los agricultores han trasladado a la Junta y la Delegación del Gobierno una radiografía de la situación a la que se están viendo abocados con los robos durante esta campaña, a la que aún le queda más de un mes de actividad. En ese encuentro las administraciones se comprometieron a atajar los robos con más medios y más controles y a plantear cambios legislativos (mejorar la regulación de la trazabilidad) para evitar la 'picaresca' en la que se amparan ahora muchos de los autores de los expolios en los cultivos.