Las organizaciones profesionales agrarias extremeñas muestra hoy sus reticencias ante la Reforma de la Política Agraria (PAC) de la UE al creer que tiene puntos negativos como la reducción de las ayudas al campo en un 30 por ciento y del presupuesto, y que afectará a cultivos señeros como el tabaco y el tomate.

El secretario regional de UPA-UCE, Ignacio Huertas, dice que "la proposición de fondo de la reforma es negativa" ya que, por ejemplo, se beneficia a "la agricultura de sofá y a los menos productores", y bajan también en un 30 por ciento las destinadas a las explotaciones productoras, que podrían dejar de ser rentables si la situación sigue así.

Además, no se ayudará al sector del tabaco, que corre riesgo de desaparecer, no se da "respuesta" ante los "abusos" de la distribución comercial sobre los productores.

También subraya que se proporciona "un gran capacidad" a los estados miembros de la UE y que, por esto, los gobiernos central y extremeño deben negociar para mejorar en el país la reforma.

Por su parte, el presidente regional de Asaja, Ángel García Blanco, asevera el acuerdo global es positivo porque se reconoce el derecho de cobre de ayudas hasta 2020 y se no discrimina a ningún territorio.

No obstante, continúa, se le da "una puñalada trapera por la espalda" al cultivo del tabaco debido a la falta de ayudas, una medida que puede perjudicar a unas 20.000 familias en la región.

García Blanco espera que el Gobierno "saque un conejo de la chistera" para que haya ayudas y que la empresa pública Cetarsa suba los precios que paga a los tabaqueros.

También apina el secretario regional de COAG, Juan Moreno Campillejo, que resalta que la reforma es mala porque hay un trasvase de rentas de los productores hacia quienes no son profesionales.

Asimismo, bajan las ayudas en un 30 por ciento, esto mientras que suben los costes de producción, que el presupuesto también se reduce, que no se garantiza el relevo generacional en un campo que está envejecido, que no se menciona "para nada" a la ganadería y que se avanza en la "liberalización y desregulación" del mercado.

Por su parte, el presidente de APAG Extremadura Asaja, Manuel Laparra, considera que los acuerdos alcanzados para la aprobación de la nueva PAC, pendiente aún de la votación por el Parlamento Europeo, "no satisface las inquietudes, expectativas y necesidades de nuestros agricultores y ganaderos".

APAG Extremadura Asaja anuncia que va a luchar "sin descanso" para que en la recta final de esta negociación, también muy importante, la que se juega a nivel nacional, "el Ministerio de Agricultura, con los mecanismos que tiene en su mano, vele y mejore porque todas y cada una de las explotaciones tengan el nivel de ayudas necesario para que sigan siendo viables".