"Cuando pedí ver el cuerpo de mi hijo, me llevaron a un sótano donde había tres cajas de madera basta, sin decirme cuál de ellas era. Cogí las tres en peso y me abracé a la que menos pesaba, porque era un recién nacido. Pedí que me la abrieran para vestir y ver el cuerpo de mi hijo, pero una monja comenzó a dar gritos y a vociferar diciendo que no, que eso no podía ser. Y lo siguiente que recuerdo es que iba camino de la prisión. No sé si me pusieron un calmante o qué, pero no recuerdo nada más". Es parte de la historia de Carmen Zarcero Zarcero, una mujer de Badajoz que ha presentado una denuncia en la Fiscalía de Huelva porque sospecha que le robaron un hijo recién nacido en 1977.

El parto tuvo lugar en el hospital provincial de la capital onubense. 16 días después del alumbramiento, la comunicaron que el niño había fallecido. "Siempre sospeché que mi hijo no había muerto, que está vivo. Estoy segura en un 99% de que mi hijo vive en alguna parte", asegura hoy, aunque ya en 1997 puso el caso en manos de un abogado sin ningún resultado.

Carmen Zarcero tenía 17 años cuando dio a luz a su primer hijo y se hallaba en la prisión de Huelva cumpliendo una condena. "Yo era muy joven y me pidieron que me inculpara de una cosa, por ser menor", explicó. El niño nació de forma prematura y tras dejarlo en la incubadora, no volvió a verlo.