El desencuentro que viven en los últimos días el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y el presidente del PP extremeño, Carlos Floriano, vivió ayer un nuevo episodio que dejó al borde de la ruptura los pactos alcanzados por ambos el pasado verano.

Primero fue Floriano el que salió a la palestra para supeditar la continuidad de estos acuerdos a una "rectificación" de Vara después de que dijese que quedaba en stand by la posibilidad de cerrarlos hasta que se aclarase quién es el interlocutor de la oposición una vez que Floriano será diputado nacional tras las próximas elecciones. El líder de la oposición comentó que "no tiene ningún sentido" mantener abierto un diálogo "si no existe posibilidad de llegar a un acuerdo", y subrayó que mientras el presidente de la Junta no "rectifique" y acepte a los interlocutores que designe Floriano, el PP no negociará con la Junta.

Floriano achacó la decisión de Vara de "suspender" las conversaciones a que o bien se ha "entregado" al ala "más radical" del PSOE o bien "no es sincero".

Pocas horas después Vara dejó claro que no rectificará porque no ha dicho "nada de lo que tenga que arrepentirme" y señaló que es Floriano quien, " de forma unilateral" da "por rotos los pactos".

En esta línea insistió en que necesitará un interlocutor en el Parlamento una vez que Floriano deje de ser diputado regional, al tiempo que recordó que esto --la candidatura de Floriano al Congreso-- "es lo único que ha cambiado" desde que decidieron avanzar en estos acuerdos. "Los pactos los propuse porque creía que era bueno para Extremadura, pero no les voy a obligar a aceptarlos", apostilló.