La cifra de inmigrantes sin papeles en Extremadura ronda, al menos, las 2.000 personas. Cruzando los últimos datos del padrón con los del Ministerio de Trabajo, cuyas estadísticas incluyen el número de tarjetas de residencia en vigor, se aprecia que en la región están empadronadas 35.300 personas que no tienen la nacionalidad española. Mientras el número de tarjetas de residencia vigentes en Extremadura es de 34.300.

En teoría, esto daría un millar de sin papeles. Sin embargo, este cruce de datos da un resultado en apariencia contradictorio: en la región hay empadronados 4.200 portugueses, pero Trabajo señala que hay 5.200 personas de esta nacionalidad con tarjeta de residencia. No se trata de un error, sino de que muchos portugueses trabajan en poblaciones extremeñas --para lo que deben tener el correspondiente permiso-- pero no viven aquí, sino que se desplazan a diario desde su residencia en Portugal. Descontando esta diferencia se suma otro millar de extranjeros sin documentación en regla.

En todo caso, el número de sin papeles ha disminuido drásticamente en los últimos años (en el 2006 sumaban 4.200). A esto han contribuido tanto las regularizaciones como la entrada en la UE de países como Rumanía (la segunda mayor colonia de inmigrantes en Extremadura, después de los marroquíes). Hasta la entrada de este país en la UE, los rumanos estaban sometidos a una ley más rígida en cuanto a la obtención de permisos de residencia. Sin embargo, ahora pueden circular libremente y para regularizar su situación les basta una inscripción en el Registro Central de Extranjeros.

DE LA UE Otro cambio significativo es el hecho de que la mitad de los sin papeles actuales sean de países de la UE. Anteriormente, y dada la normativa sobre libre circulación de personas, estos ciudadanos europeos no se incluían en contabilizaciones de inmigrantes sin documentación. Sin embargo, en el 2007 se dictó una norma que obligaba a los ciudadanos de la UE a inscribirse en el registro español para poder fijar su residencia aquí.

El caso es que de los 16.000 extranjeros de países comunitarios empadronados en Extremadura, sólo 15.000 han regularizado su situación conforme al decreto del 2007. La mayor bolsa de ciudadanos de la UE sin documentos en regla que residen en Extremadura se da entre los rumanos: mientras hay 7.600 inscritos en el padrón, sólo 6.700 tienen la autorización de residencia.

En cuanto a los no comunitarios, la mayoría de los que no cuentan con papeles en regla son brasileños, una colonia que suma 2.000 personas pero sólo 400 tienen tarjeta de residencia en vigor.

En cuanto a los marroquíes, la comunidad extranjera más numerosa en Extremadura, con más de 8.000 personas, se da un fenómeno similar al de los portugueses: hay más tarjetas que empadronados. En este caso la explicación está en que tras obtener la tarjeta y a la vista de las perspectivas laborales, se han marchado de Extremadura. Esto les ha obligado a empadronarse en su lugar de destino --antes muchos permanecían empadronados en su primer asentamiento, incluso se producían dobles o triples inscripciones en distintos padrones-- puesto que ahora existe la obligación de renovar el empadronamiento cada dos años o son dados de bajas del censo municipal.