La responsable del Museo de Iconos de Monroy, y una de las iconógrafas más representativas de nuestra comunidad, recibe a EL PERIODICO EXTREMADURA para mostrar todas y cada una de sus obras expuestas. Su dedicación y esfuerzo ha hecho que sus trabajos, realizados siguiendo las técnicas más antiguas, tengan una gran belleza. En esta entrevista, Paquita Morgado Gómez hace balance de los más de 11 años de la trayectoria del centro.

--¿Qué razones la llevaron a instalar su museo en Monroy?

--Una de las principales razones fue el que mis paisanos conociesen mis obras y su significado. El icono tiene unas reglas estéticas que le confieren unas cualidades especiales frente a otros estilos. Al ser una pintura plana y con una perspectiva invertida le distingue de la pintura que normalmente estamos acostumbrados a ver. Por eso, es conveniente darlo a conocer para que la gente sepa que hay otras opciones estéticas dentro del arte.

--Precisamente por ser un tipo de pintura tan especial, ¿cómo surge en usted el deseo de pintar iconos?

--Los diferentes viajes que he realizado por los países que pertenecieron al Imperio Bizantino me permitieron conocer la devoción que el pueblo siente por algunos de los iconos y también el valor bíblico y teológico que encierran. Las técnicas antiquísimas empleadas en su elaboración también fueron motivo de interés por mi parte. En un determinado momento tuve la oportunidad de recibir clases de un pintor de iconos griego que decoró la capilla ortodoxa de Madrid. Todo ello fue el acicate para irme implicando cada vez más en la pintura de los iconos, arte que sigo cultivado con gran dedicación e interés.

--Da la sensación de que el icono sigue siendo poco conocido por el público en general. ¿Considera que esta expresión artística pertenece al pasado?

--Creo que el icono tiene plena actualidad. El mundo de hoy tan volcado en la técnica es el que más necesita este tipo de pintura. Porque el icono es luz que surge desde la profundidad de la materia, desde el fondo del icono e ilumina nuestro espíritu. El icono no es lo que se ve a simple vista, encierra mucho más. El iconógrafo, antes de empezar a plasmar la figura o escena, recita una oración en la que pide a Dios que guíe su mano a fin de que pueda plasmar lo mejor posible la divinidad. Podemos decir que de alguna forma Dios también participa de una forma activa en cada uno de los iconos.

--Teniendo el arte del icono unas características tan peculiares, ¿qué valoración hace de los casi 12 años que el museo está en funcionamiento?

--El museo se inauguró el año 2002 y desde entonces no han dejado de acudir visitantes. El primer años fue un trasiego continuo de gente y casi todas las personas del pueblo pasaron a conocerlo. Con el paso del tiempo el museo se ha ido conociendo cada vez más fuera de los límites locales. Cuando hay una visita especial o una excursión al pueblo lo abrimos para que lo vean y puedan admirar las obras en él expuestas. Durante la Semana Cultural el museo también abre sus puertas y colabora en los actos programados. Es verdad que el museo tiene unas características especiales y que no es fácil entender el tipo de pintura por su simbología y por ser un arte que no está muy extendido en nuestra cultura occidental, pero de vez en cuando llegan personas con un interés y un conocimiento especiales que nos permite tener una conversación amena y distendida sobre los iconos. No hace mucho tiempo tuvimos la satisfacción de recibir al Sr Obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, don Francisco Cerro, que desde hace mucho tiempo tiene un interés especial por los iconos y a un grupo de personas que forman el taller de iconos de Cáceres.

--¿Están aquí expuestos todos los iconos que ha pintado?

--Ni están expuestos todos los iconos que he pintado, ni siempre son los mismos. El museo se está renovando continuamente y siempre hay obras nuevas que admirar. Mi dedicación al icono es constante y con cierta frecuencia encuentro algunos que por su belleza o por su temática teológica me parecen interesantes de pintar. Esto hace que el museo esté vivo y en continua renovación.

--¿Qué características especiales tiene el icono?

--Hay dos cosas que me gustaría señalar: sus criterios estéticos y su gran espiritualidad. Los primeros entroncan con la pintura actual por la tendencia que se originó en Rusia de incorporar el arte medieval en las grandes corrientes artísticas y el segundo se identifica con el alma del pueblo ruso.

--¿Qué le ha reportado el museo durante estos once años?

--Para mí es muy satisfactorio poder decir que nos ha permitido extender el conocimiento del icono, su religiosidad y su arte a diferentes lugares desde mi querido pueblo, Monroy. También ha sido muy interesante el haber conocido a un gran número de personas que hemos recibido con gran amabilidad en nuestro museo. Así mismo, nuestra página web del museo es muy visitada y mantenemos correspondencia con iconógrafos de diferentes países.

--¿Qué participación ha tenido su marido en todo esto?

--Sin duda alguna el ha sido y sigue siendo mi mayor admirador. Sin su apoyo y sin su ánimo no hubiese sido posible ni la realización de todas las obras ni la instalación de este museo. El me llena de entusiasmo y me anima a seguir pintando. Tanto se ha implicado en mi obra que empieza a ser un gran conocedor del arte del icono.

--¿Qué ha supuesto para Monroy la instalación de un museo de estas características?

--Por el libro de visitas podemos decir que ha venido mucha gente al pueblo para visitar el museo, además gente de muy variada procedencia. En el libro hay recogidas opiniones en diferentes lenguas. Por el sitio web del museo podemos decir que el museo de iconos de Monroy es conocido a nivel general. El museo también está incluido en el tour turístico que se realiza en el pueblo durante el verano. Por lo tanto, el museo añade un acicate más para que la gente desee visitar el pueblo.