El dinero de los impuestos recaudado a través de la casilla del 0,7% de la declaración de la renta es una vía de financiación de la obra social de la Iglesia y el trabajo de las ONG. Un contribuyente puede marcar la casilla de la Iglesia, la de los fines sociales o ambas. Si no lo hace, esa parte de sus impuestos vuelve a los Presupuestos del Estado.

El económo de la diócesis de Plasencia, Antonio Luis Galán, explicó ayer que el dinero recaudado por esta vía se utilizó el año pasado para ayudar a los colectivos sociales más desfavorecidos, parados, toxicómanos, inmigrantes o exreclusos a través de Cáritas, los comedores sociales, los centros de transeúntes o los proyectos Hombre y Vida que lleva a cabo la Iglesia. Galán destacó que el perfil del pobre está cambiando a causa de la crisis y que sobre todo, se actúa con personas cuya necesidad "no puede esperar un trámite".

Por su parte, las ONG utilizan el dinero para realizar proyectos de cooperación países en vías de desarrollo, apoyar a los discapacitados intelectuales, atender a domicilio a los discapacitados físicos, edificar centros de atención especializada, promover el voluntariado o la formación en cuidados paliativos.