Las fuerzas de seguridad del Estado continuaban al cierre de esta edición la búsqueda de los padres que el lunes se llevaron por la fuerza a sus tres hijos, ingresados desde hacía dos meses en el Centro de Acogida de Menores Julián Murillo, de Cáceres.

No es la primera vez que la pareja huye con los pequeños, puesto que aprovechando un permiso de fin de semana y cuando los niños estaban en un centro de menores de la Generalitat, no los devolvieron, deambularon por España y finalmente se refugiaron en Mohedas de Granadilla donde tienen familia.

El comisario jefe en funciones, Julio Díaz, explicó que se ha diseñado un amplio dispositivo nacional para tratar de localizar a la familia. Fuentes policiales señalaron que en esta actuación colabora la Guardia Civil, que aprovechará la operación retorno para controlar las carreteras y tratar de detener al padre de los pequeños, J. P. B., con numerosos antecedentes penales por robos, daños y lesiones, por los que ha cumplido condena en prisión. Al parecer, en una ocasión fue detenido en Francia.

Fue precisamente el padre de los niños quien el lunes agredió con una cadena al vigilante de seguridad, J. M. A., causándole lesiones por las que tuvo que ser ingresado en el Hospital San Pedro de Alcántara. Tras la agresión, el matrimonio huyó con sus tres hijos en un Ford Escort gris, matrícula B-7098-KF.

La noticia, publicada al detalle por EL PERIODICO EXTREMADURA, provocó ayer una oleada de reacciones. Entre ellas, la del director general de Infancia y Familia del gobierno regional, Javier Alonso de la Torre, quien subrayó: "Nos preocupa que los niños estén con personas que, en opinión de la Junta, no están capacitadas para la educación y cuidados mínimos de estos menores". Y añadió: "Deseamos que los localicen lo antes posible".

Los niños nacieron en Barcelona. Durante un tiempo vivieron con sus padres dentro de un coche. La Generalitat detectó la situación de desamparo y ordenó el ingreso en un centro de acogida, pero los padres acabaron en Mohedas de Granadilla.

LOS INFORMES El padre se fue a Málaga a buscar trabajo y la madre se quedó con los niños, pero la Junta --alertada por los informes de la Generalitat y comprobando que la situación de desamparo seguía, con indicios de malnutrición (estaban alimentados sólo con bocadillos)-- decide el ingreso en el Julián Murillo el pasado 24 de junio. EL PERIODICO confirmó que durante su estancia en Barcelona los padres solicitan la custodia, pero este trámite administrativo no lo han iniciado en Extremadura.

La madre había ido varias veces al centro para ver a sus hijos. El lunes fue el primer día que el padre acudió al Julián Murillo. Hacía poco que había vuelto de Málaga. Llegó en torno a las 08.30 y tuvo un encuentro con el director, Santos Benítez, al que amenazó e insultó. A las once, hora en que comenzaba la visita, volvió acompañado de su mujer y una hora después agredió al vigilante y sustrajo por la fuerza a sus tres hijos, dos niños de 5 y 7 años y una niña de 1.

De la Torre matizó ayer que el centro tiene las medidas de seguridad adecuadas y que este hecho "responde a una circunstancia muy puntual". En la misma línea se expresó Benítez, quien sentenció que con un vigilante es suficiente y que los niños no pueden percibir el centro como un lugar cerrado.

REPRESENTACION De la Torre señaló que el juzgado tramita ya la denuncia interpuesta por la desaparición y dijo que la Junta de Extremadura "va a ejercer su representación respecto a los niños" cuando se celebre juicio.

Santos Benítez dijo que los niños habían vivido una situación límite y ahora estaban adaptados al Julián Murillo. Los dos mayores iban a empezar el colegio el día 13 y habían pasado un verano tranquilo, con sus cuidadores, en la piscina y junto al resto de niños del centro.

El Julián Murillo, cuyo personal depende de la diputación (ayer el presidente se interesó por el caso) tiene 42 niños, pero ahora sólo hay una veintena, ya que muchos disfrutan de permisos de convivencia.

Benítez lleva 17 años como director. Desde entonces ha estudiado 600 casos. Confiesa que el del lunes "fue el más desgarrador" porque nunca había visto en un padre tanta violencia.