La que aspira a ser la legislatura «de la igualdad» comienza con un traspiés. La paridad ha obligado a los grupos parlamentarios a cambiar a última hora sus propuestas para dirigir la Mesa de la Asamblea, que a la espera de la reforma del Reglamento para dar cabida a Podemos quedó configurada ayer en la sesión constitutiva del Parlamento con tres representantes del PSOE, dos del PP y uno de Ciudadanos (Cs). El socialista Valentín Cortés y el popular Juan Parejo, candidatos iniciales para las secretarías primera y segunda, quedaron fuera en favor de María Ángeles Camacho e Inmaculada Sánchez Polo después de que un informe de los letrados de la Cámara alertara de que la composición planteda no cumplía con las leyes regionales de igualdad.

La socialista Blanca Martín repetirá como presidenta tras obtener 41 votos (los 34 del PSOE y los siete de Cs, que quiso con este «gesto» mostrar su disposición al diálogo) y las vicepresidencias las ocuparán, por este orden, Miguel Ángel Morales (PSOE) y Fernando Manzano (PP). En las secretarías, además de Camacho y Sánchez Polo, estará también Fernando Baselga (Cs). De esta forma, la Mesa de la Cámara, compuesta ahora por seis miembros, tendrá tres mujeres y tres hombres. «Se ha actuado como se debía actuar», señaló respecto a los cambios de última hora la diputada Lara Garlito, que será portavoz del Grupo Parlamentario Socialista.

OCHO MIEMBROS / Según el Reglamento de la Asamblea, son los grupos quienes deben presentar a sus candidatos para los respectivos puestos de la Mesa, resultando elegido en primer lugar aquel que mayor número de votos tenga, y así sucesivamente. Se producen tres votaciones secretas y con papeletas en urna: una para el presidente, otra para los vicepresidentes y otra para los secretarios. Garlito explicó que cuando un grupo hace su propuesta, «no sabe qué nombres van a proponer los otros», por ello señaló que lo idóneo es lo que se ha hecho: una vez que se conocen todos, «negociar o dejar claro que la paridad es una prioridad».

Al término de la sesión, la futura portavoz socialista también confirmó que en estos momentos se está en negociaciones para ampliar los miembros de la Mesa con el fin de que Podemos también obtenga representación. Garlito no entró en detalles, pero todo apunta a que se pasará de seis a ocho miembros: se añadiría la vicepresidencia tercera, ocupada por el PSOE, y la secretaría cuarta, para la formación morada. Al respecto, la portavoz de Podemos, Irene de Miguel, reclamóla presencia de su formación en la Mesa en favor de la pluralidad del arco parlamentario y por lo que denominó «sentido de Estado». No obstante, a preguntas de los medios aseguró que por este asunto no van a entrar en un «intercambio de cromos», en relación a lo ocurrido en Jerez (Podemos se ha hecho con la alcaldía gracias al apoyo de PP y Cs, pese a ser el PSOE la lista más votada), pues a su juicio se trata de cuestiones que «no se pueden mezclar». De Miguel señaló además que en caso de salir adelante la propuesta, su representante tendría que ser mujer para no romper la paridad ya lograda, lo que invita a pensar que el PSOE sigue barajando a Cortés para la nueva vicepresidencia.

La importancia de estar en la Mesa radica en que esta es el órgano de gobierno de la Cámara y quien decide las iniciativas que se admiten o no a trámite. En la anterior legislatura ya se amplió de cinco a seis miembros (también con una nueva secretaría) para que Cs tuviera presencia. Una modificación a la que el PP se opuso, igual que lo hace ahora. Su líder regional, José Antonio Monago, defendió ayer que la composición de la Mesa debe ser en función de lo que decide el pueblo en las urnas y no de la «confianza» del PSOE. «Si Podemos con cuatro diputados tiene un puesto en la Mesa, al PP, en función de la proporcionalidad, le corresponderían cinco», dijo. Cs sin embargo, sí se mostró a favor de la propuesta.