Oficinas cerradas en su mayoría y numerosos trabajadores concentrados a sus puertas. El descontento y la preocupación de los empleados de Liberbank --grupo del que forman parte Caja de Extremadura, Cajastur-CCM y Caja Cantabria-- se dejó notar ayer en la región en la primera jornada de huelga por el Expediente de Regulación de Empleo que secundaron el 95% de los empleados de la región, según las cifras sindicales. Medidas de presión que poco ayudaron a cambiar la situación.

La dirección de Liberbank y los representantes de sus trabajadores cerraron ayer las negociaciones sin acuerdo sobre el ajuste laboral que plantea más de 600 despidos temporales y reducciones de jornadas y salariales, entre otras. En la última reunión, marcada por una huelga --nada habitual en la empresa--, el grupo bancario presentó una nueva propuesta que no convenció a los sindicatos. "La patronal partía de un punto para ahorrar 100 millones al año, en total 400 hasta el 2016, con la coartada de que lo exige Europa --que da un plazo mayor para hacer los ajustes-- y con esa rigidez difícilmente se puede llegar a un acuerdo", explicó Miguel Angel Rodríguez Castellano, secretario general de Csica en Liberbank.

Un día antes el banco aceptaba las prejubilaciones, pero a partir de 2016 y en función de la solvencia de la entidad, y ayer propuso una reducción de jornada del 25% para los 2.000 trabajadores así como prejubilaciones consistentes en 18 meses de desempleo para después empalmar con la jubilación. Propuestas que rechazaron los siete sindicatos que representan a los trabajadores del grupo. "No hay voluntad de negociación". Tampoco explicó la empresa ayer los criterios para aplicar las medidas planteadas, lo cual han exigido los sindicatos en reiteradas ocasiones.

Rotas las negociaciones, será Liberbank quien tome unilateralmente el ajuste a aplicar en los próximos días, pero los trabajadores, expectantes, avisan de que continuarán con las protestas, incluso indefinidas, que podrían coincidir con la salida a bolsa de Liberbank el 16 de mayo, y no rechazan recurrir judicialmente el ajuste que el grupo determine si no amplía el plazo de consulta. "No nos queda más que seguir presionando y acudir a los tribunales a demostrar que no ha habido voluntad negociadora", explicó ayer José Carlos Martín, de CCOO, durante la concentración en Cáceres, que se repitió en Plasencia y Badajoz.

AL LIMITE "La reforma laboral deja vendidos a los más de 800 trabajadores y nuestro último recurso es hacer huelga. Aquí ya estamos al límite de personal y si hay despidos vamos a pasarlo muy mal para atender a los clientes", sentencia Martín. "Quieren que los trabajadores paguemos el pato de una mala gestión económica", protestaba Gonzalo, un trabajador, como el resto, preocupado por los ajustes en la entidad. Este empleado señala que la empresa quiere hacer despidos temporales durante tres años, "pero dudamos de que al final no acaben despidiendonos definitivamente", y de rebajas salariales de hasta el 50%. "Son medidas salvajes y desproporcionadas. Lo que ha ganado la banca no lo ganaban los trabajadores", recuerda otro empleado en Cáceres, Miguel Angel.

Los sindicatos cifraron el seguimiento de esta primera huelga como grupo bancario en un 80%, mientras la entidad lo rebaja al 40%. La mayor respuesta tuvo lugar en Extremadura, donde paró casi el 100% de la plantilla. En Castilla-La Mancha secundaron el paro más del 90%, el 80% en Cantabria y apenas un 25% en Asturias, según los sindicatos.