Los partidos políticos vuelven a estar en la encrucijada. Tras ser incapaces de llegar a un acuerdo para formar gobierno, el 26 de junio habrá nuevas elecciones generales y a la espera de recibir las últimas directrices de sus respectivas direcciones nacionales, todas las formaciones políticas de la región han comenzado a preparar su maquinaria electoral, si es que en los últimos cuatro meses se paró. El contexto es insólito y todo apunta que así será la campaña: los candidatos se conocen, los programas son los mismos y solo queda en el tintero echar la culpa al adversario del fracaso de los pactos. Todos los sondeos apuntan además un resultado parecido, sin mayorías, y en previsión de que la abstención crezca, la dicotomía PP-Ciudadanos y PSOE-Podemos cobra si cabe más importancia en esta ocasión. "El 80% de la gente votará lo mismo, pero ese 20% restante es decisivo", reconoce la secretaria de Organización y portavoz del PSOE extremeño, Ascensión Godoy.

En Extremadura las elecciones generales han sido tradicionalmente una lucha en la que los dos grandes partidos, PSOE y PP, se repartían los escaños en juego. Solo el pasado 20 diciembre por primera vez una tercera formación, Podemos en este caso, logró romper ese bipartidismo al conseguir una diputada por la provincia de Badajoz, algo que nunca alcanzó por ejemplo IU. En este escenario, el 26-J será clave en Extremadura para los partidos emergentes, pues quedará por ver si la tendencia al alza que registraron en diciembre Podemos y también Ciudadanos --no obtuvo escaño pero fue cuarta fuerza con 73.545 votos, a menos de un punto de Podemos y subiendo siete desde las autonómicas-- se consolida en detrimento de PSOE y PP o por el contrario, los dos grandes vuelven a recuperar el espacio perdido.

TRES VICTORIAS

Hace cuatro meses, el PSOE de Guillermo Fernández Vara ganó por tercera vez unas elecciones en Extremadura. Al pasar de cuatro a cinco escaños en el Congreso, los socialistas remontaron la derrota de las generales de 2011 y reeditaron la victoria de las elecciones autonómicas de mayo y también la de las europeas del 2014. Aunque ganadores, cayeron en votos respecto a las nacionales de hace cuatro años (12.810 sufragios menos) y las últimas regionales (-31.485). Con el 36% de los votos y 232.879 papeletas, superaron por poco más de un punto a los populares, segunda fuerza con un respaldo del 34,82% y 225.230 sufragios, con los que lograron cuatro diputados. Pero el partido que lidera José Antonio Monago también perdió apoyos en relación a los últimos comicios autonómicos (10.500 sufragios menos) y las generales del año 2011 (114.000), cuando el PP extremeño logró los mejores resultados de su historia con un apoyo del 51%. No obstante, ahora la distancia entre los dos se acorta, pues si en mayo de 2015 el PSOE obtuvo casi cinco puntos más de respaldo, en los últimos comicios la diferencia apenas fue del 1%.

Si hubo un protagonista indiscutible en la noche del 20-D, fueron sin duda las formaciones emergentes. Por primera vez en unas generales, el bipartidismo se rompió en Extremadura al conseguir Podemos una diputada por la provincia de Badajoz. Con 81.755 votos y un apoyo de casi el 13%, la formación morada no solo se consolidó como tercera fuerza en Extremadura, sino que mejoró los resultados del pasado mayo, sacando 30.000 votos más que arañó a IU y al PSOE y subiendo 4,5 porcentuales. Ante este escenario, la cita del 26-J será clave para Podemos, que luchará no solo por revalidar sus buenos resultados, sino también por mantener a su representante en Madrid por Badajoz y además conseguir el de Cáceres. "Austeros ya somos y a ganar salimos", indican desde el partido de Alvaro Jaén, que está en estos momentos pendiente de la decisión acerca de la confluencia con IU. Que finalmente haya acuerdo o no determinará la modificación de sus candidaturas, según han explicado a este diario fuentes de la formación. De momento, la consulta de IU a las bases se ha saldado en Extremadura con un 76,3% a favor de la confluencia. Con los resultados del 20-D, la coalición conseguiría un diputado, el mismo que ya tiene Podemos.

Pese a los buenos resultados del partido de Pablo Iglesias, el que más ha crecido desde mayo en la región ha sido Ciudadanos. Aunque no obtuvo representación, la formación de Albert Rivera ha experimentado en Extremadura un ascenso espectacular desde las europeas del 2014. Con 73.545 votos y un respaldo del 11,3%, Ciudadanos ha crecido 11 puntos respecto al 2014 y siete desde las elecciones autonómicas, multiplicando el pasado diciembre por tres los votos obtenidos en mayo. Ahora quedará por ver si ese ascenso imparable continúa y la formación sí consigue esta vez obtener representación en Madrid.

ESTRATEGIAS

Casi igualados en el punto de partida, socialistas y populares han comenzado ya a preparar sus estrategias de cara al 26-J. El último barómetro del CIS publicado esta semana, refleja que el 20-D el 36% de los electores decidió su voto con la campaña --las mayores dudas se produjeron entre el PP y Ciudadanos o el PSOE y Podemos-- y Metroscopia apunta a un aumento de la abstención, factores ambos que inquietan al PSOE. "Nos preocupa quien decide no votar y no podemos cruzarnos de brazos, va en nuestro ADN", reconoce la secretaria de Organización y portavoz del partido, Ascensión Godoy, que no obstante recuerda que Extremadura es una de las comunidades que registra índices de participación más altos (74% en diciembre). Centrados en combatir la abstención y el voto indeciso, los socialistas plantean una campaña "normalita y muy austera" aunque eso sí, con actos en todos los municipios de Extremadura.

"El 80% de la gente votará igual, pero ese 20% restante es decisivo", explica Godoy. El objetivo del PSOE es reducir el gasto un 30%, pero en los días previos a las elecciones no faltarán los carteles de sus candidatos en las ciudades extremeñas, "aunque habrá menos", y tampoco la presencia de los líderes nacionales del partido. Pedro Sánchez, que ya hoy asiste en Mérida al Día de la Rosa, "vendrá seguro", y también otros nombres que aún están por confirmar. "Será como una campaña al uso pero más normalita y austera", insiste Godoy.

También el PP extremeño ha anunciado su intención de apostar por una campaña "de perfil más bajo y austera para no cansar a la gente". Para Monago, la nueva campaña debe ser "distinta", centrada explicar la gestión del PP y sobre todo, en lo ocurrido en los partidos desde las elecciones generales del pasado 20 de diciembre. Firme defensor de que gobierne la lista más votada --todos los sondeos apuntan que será la de su partido--, el líder del PP ya ha vaticinado que no haber respetado esta premisa "pasará factura al PSOE".

Frente a esta postura, el líder socialista, Guillermo Fernández Vara, aboga por ir a los nuevos comicios "sin apriorismos" y sobre todo, con el compromiso de que haya gobierno cuanto antes. De momento, José Antonio Monago es el único que ha confirmado que su partido concurrirá a las urnas con las mismas candidaturas que presentó el 20-D --Carlos Floriano y Teresa Angulo como números uno al Congreso y Laureano León y Antonio Galván al Senado--, algo que no parece que ocurrirá en el PSOE. El propio Vara ha reconocido que las listas de los socialistas extremeños para la nueva cita con las urnas no están cerradas, si bien en el caso de que haya cambios estos no serán de gran envergadura.