Con solo 26 años un joven maestro extremeño conoció el lado más amargo de su profesión. Hace un año y medio fue protagonista de las coacciones y amenazas de la madre de uno de sus alumnos de Infantil. Antonio, que prefiere ocultar su identidad real, impartía clase en un colegio de Castilla-La Mancha y como un día cualquiera espetó a un alumno: "Como te sigas portando mal te llevo al cuarto de los ratones".

Este comentario, unido a otro similar, sirvió a una madre para sospechar de que Antonio tenía realmente una sala de castigo y desencadenó una tormenta. "Esta mujer por una mala interpretación vino al centro dándome voces delante de todos, amenazándome y acusándome de que estaba creando un trauma a su hijo porque se hacía pis y no dormía".

Tras los insultos y coacciones, próximas a la agresión, llegó una encerrona con la que intentaba que Antonio reconociera su sospecha, pero la confirmación nunca llegó porque no era cierta. "En ese momento necesitaba ayuda y acudí al Defensor del Profesor de Anpe en Cáceres. Me asesoraron y puse dos denuncias contra esta mujer --por atentado a la autoridad pública, que no le reconocieron, y por injurias y calumnias--".

Después de esta actuación Antonio volvió a respirar tranquilo. La madre le pidió perdón en el juicio, "no había ninguna prueba" y todo se resolvió bien. "Yo no quería dinero, solo quería recuperar mi autoridad y mi vida". Pese al final ´feliz´ este maestro extremeño no olvida el calvario que sufrió. Durante dos meses y medio estuvo de baja "por lo que nunca pensaba que se podría dar un profesor, estrés y ansiedad", visitando al psicólogo y planteándose incluso si era suficiente con tener vocación de docente.

Gracias a Anpe y al apoyo de su entorno se reincorporó. Hoy no continúa en ese centro por razones de proximidad, pero sigue delante de sus alumnos más fuerte que nunca. "Gané autoestima y confianza", y ahora recomienda buscar apoyo cuanto antes a compañeros que estén en situaciones parecidas, "que lamentablemente se producen casi a diario".