La burrina estrenó ayer la plaza Mayor. Fue el primer paso de la Semana Santa que entró en el recinto tras su reforma. Con el nuevo espacio que se ha creado que da mayor amplitud a la plaza al quitar elementos, como la bandeja, la impresión era que la afluencia de público era inferior a la de otros años, una sensación que no tuvo el mayordomo de la cofradía, José Manuel Martín Cisneros, "no hemos notado menos afluencia, la impresión que hemos tenido ha sido la contraria, que había más gente, --la plaza-- estaba llena", aseguró Cisneros, que es también el presidente de la unión de cofradías.

Hace ya dos años que la burrina no es el primer desfile procesional, pero sigue siendo uno de los que mayor expectación genera, conseguir el ramo es uno de los objetivos de los que se acercan a presenciar el paso de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, que a los dos de la tarde entró en la plaza Mayor, llegó hasta el centro, por el pasillo creado por el público, y subió por Pintores. Pasadas las dos y media, el paso se recogía.

Por la tarde hubo otros dos desfiles, los dos volvieron a entrar en la plaza Mayor. El señor de las Penas y la Dolorosa Esperanza ante la Caridad del Padre salieron por primera vez un Domingo de Ramos de la ermita de Santa Gertrudis, "antes salíamos de Santa María, pero con la obra de reforma de la capilla --del colegio San José-- ya pueden salir de aquí", explicó Francisco Acedo, mayordomo de la Hermandad Penitencial Cristo del Amor.

Ese cambio de punto de partida también provocó una variación en el recorrido, el desfile no entró en el recinto intramuros, llegó hasta la plaza Mayor y desde aquí volvió a la parroquia de San José. Acedo destacaba ayer que cada vez es mayor la gente joven que participa en las cofradías, "la cantera".

De la misma opinión es César García, mayordomo de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que ayer por la noche recorrió con tres pasos (el señor Camino del Calvario, el cristo de los Milagros y nuestra señora de la Misericordia) las calles del centro, hasta la fuente luminosa. El cristo de los Milagros lo portan niños, "de ocho, diez, doce años y cada año son más". De este desfile destaca el paso por el hospital provincial, personal del centro baja, da un ramo a la imagen de la virgen y los hermanos de la cofradía, la más numerosa de la ciudad, dedican su esfuerzo por la salud de los hospitalizados.