En dos días celebraremos en nuestras casas una cena muy especial: la cena de Navidad, donde nos reunimos con los familiares y como dijo el anuncio más de un pariente "vuelve a casa por Navidad". Es una cena muy especial, y al margen de las condiciones sociales, intentamos que en la mesa aparezcan los alimentos más variados y exquisitos, y entre ellos tradicionalmente aparece el consabido pavo, aunque en los últimos tiempos se va relegando en beneficio de otras carnes o bien, como suele suceder en muchos hogares, la mesa se llena de entremeses o bocados variados para que cada uno se sirva lo que le apetezca, en lugar del menú clásico de tres servicios.

No obstante, el pavo ha sido durante muchos años el protagonista de la mesa. Esta costumbre tuvo sus orígenes hacia el inicio de los años cuarenta, debido a que en esa época existió una superproducción de pavos y se quiso incentivar dicho consumo, ya que se estimaba que era una carne saludable y, en parte, barata o por lo menos a la que los hogares españoles podían acercarse.

DE ALGUNA manera, se intentaba en ese periodo de posguerra aumentar la tasa proteica de los españoles. Fue entonces cuando se acuñó a que la moneda de "duro" ser le diera el nombre de "pavo", pues el precio de un pavo era de cinco pesetas. Así, se solía decir en lugar de "tengo tantos duros", "tengo tantos pavos".

SIN EMBARGO, llevaba por tierras ibéricas varios siglos, puesto que, procedente de América, llegó a España hacia el 1498 y al que se le llamaba "gallina de Indias" o "jesuitas" ya que lo introdujeron los frailes jesuitas, cuando su nombre americano era de guajalote. Y ya en el 1791, en el siglo de los ilustrados, se publica el primer libro de recetas donde aparecen distintas fórmulas culinarias de cómo preparar el pavo, lo que se introdujo de pleno derecho en las mesas burguesas e ilustradas y llegó a la corte desbancando a carnes del pavo real y del faisán o cisne. Pero posiblemente la forma más conocida es la que ideó el cocinero Grimod de la Reyniére, el pavo al horno relleno de trufas.

SEA COMO sea, el pavo hoy día ya no solo se consume en Navidad, sino que podemos ver en el mercado bandejas de muslos o pechuga de pavo, así como es una carne que se suele recomendar para las dietas de adelgazamiento por su escaso porcentaje en grasa. Así, el pavo pierde su protagonismo en estos días navideños pero lo tenemos presente durante todo el año.