--¿Qué le pareció Pablo Iglesias el viernes tras su audiencia con el rey diciendo que se ofrecía de vicepresidente de Pedro Sánchez?

--En política es muy importantes respetar los tiempos y respetar las formas. Y no hubiera pasado nada porque Pablo Iglesias hubiera hablado al terminar todo el proceso de consultas. Sinceramente, intentar humillar al PSOE, a sus militantes y a sus votantes, puede ser una estrategia, pero acabará siendo un gran error.

--¿Y la postura de Rajoy de no presentar su candidatura?

--Es inconcebible. Me parece una mala utilización del proceso de consultas del jefe del Estado, sinceramente. Y todo lo que alargue el proceso de relevo será negativo para su partido y también para España.

--¿Usted está cómodo en esa situación?

--Todo el mundo conoce mi posición y hay cosas que no se deben aceptar en ningún caso cuando suponen un chantaje. Yo me voy a la resolución aprobada por el PSOE el pasado 28 de diciembre. Allí están puestas nuestras líneas generales y nuestros requisitos, si se respetan se puede hablar de lo que sea.

--¿Y el hecho de que primero se hable de cargos y después de ideas le parece bien?

--Me parece raro cuanto menos.

--A usted le sitúan en un bando junto a Susana Díaz.

--A mí no me gusta que me sitúen en ningún bando. Yo tengo mi propia opinión sobre las cosas y no me gustan las banderías, me siento una persona absolutamente libre dentro de mi partido y eso me permite poder decir lo que pienso, pero siempre siendo leal al partido, yo no creo en las lealtades personales.

--¿Cuántos PSOE hay?

--Los que ha habido siempre, el PSOE siempre ha tenido varias almas. Eso que siempre ha sido bueno para España no puede serlo malo ahora. Almas más jacobinas y almas más periféricas, almas más socialdemócratas y almas más socialistas. Lo importante es que el PSOE, en un momento muy importante de la historia de España, tomó decisiones para dejar de ser un partido sólo de la izquierda y serlo también del conjunto del país. Y ser un instrumento al servicio de España. Eso hoy día con perspectiva se lo reconoce todo el mundo. Es más, en España ahora mismo hay mucha gente preocupada por el PSOE que no han votado al PSOE en su vida.

--¿Usted ve a Mariano Rajoy ahora mismo como presidente?

--Sinceramente no.

--¿Y que lo sea Pedro Sánchez?

--Es una posibilidad.

--¿Y que haya unas nuevas elecciones?

--No sería bueno. Por dos razones: una, porque sería un fracaso de la política. La gente ha hablado y hay que interpretarlo, no ver que no gusta y mandarnos nuevamente a las urnas. Y dos, porque creo que no cambiaría absolutamente nada. Ahora hay unos vasos comunicantes tanto en la derecha como en la izquierda que podrían dar un resultado nuevo, pero seguirían sin sumar.

--¿Augura mucho tiempo a un gobierno de Pedro Sánchez si se llega a producir?

--Es complicado. Un gobierno en minoría con 90 escaños, sin apoyos, es muy complicado de gestionar porque una cosa es la investidura y otra el gobierno. Por eso no adelantaría en exceso los acontecimientos.

--¿La línea roja sigue siendo la unidad territorial?

--El proyecto de país. El PSOE es la suma de dos proyectos: un proyecto de igualdad y un proyecto de país, y uno sin el otro no cabe. Eso el día que lo perdamos, perderemos la esencia de lo que el PSOE representa.