La dieta saludable no parece estar entre las preferencias de los extremeños. Los expertos alertan de que la sociedad actual cada vez es más sedentaria, una situación que también conlleva un cambio de hábitos alimenticios. Los extremeños poco a poco se alejan de la dieta mediterránea e incorporan a su alimentación la comida rápida, los alimentos precocinados, más grasas y menos nutrientes, según los últimos estudios nutricionales.

Estos datos, unidos a la escasa actividad física y al sedentarismo en el trabajo y en el propio hogar han favorecido que aumente el número de personas con exceso de peso.

Así, el 6,8% de la población escolar extremeña presenta signos de obesidad, una cifra por encima de la media nacional, que se sitúa en casi un punto porcentual menos, según los datos obtenidos de los exámenes del Programa de Salud Escolar llevado a cabo en los colegios de la región.

LOS PELIGROS

En este sentido, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y algunos pediatras alertan del peligro que conlleva esta tendencia sedentaria en los niños, así como la incorporación cada vez mayor de grasas en sus dietas.

"El problema es que muchos niños, cuyos padres trabajan fuera de casa, tienen libre acceso a la comida, además sus padres tienden a satisfacerles con la cena que piden", señalan especialistas de la SEEDO.

Los hábitos en los niños también han cambiado. "Hace 10 años, los pequeños aún conservaban la tradición de jugar al fútbol o a pillar en la calle, actividades que suelen sustituir ahora con horas tecleando sentados delante del ordenador", advierten desde la sociedad.

Las edades en que aumenta el riesgo de que un niño sufra obesidad son de los 5 a los 7 años y de los 12 a los 17. En esos años, indican los nutricionistas, el cuerpo acelera la producción de células adiposas receptoras de la grasa. La dimensión que alcance ese tejido definirá la tendencia al exceso de peso. Además, los niños que duermen menos de ocho horas diarias y no desayunan, o lo hacen mal, tienen riesgo de sufrir obesidad.

Varios estudios realizados por esta sociedad indican que ser obeso en la adolescencia, aunque más tarde se deje de serlo, determina el estado de salud que se tendrá de adulto.

Otra investigación realizada por la Universidad Miguel Hernández de Alicante y dirigida por el profesor Jesús López, ha demostrado la relación entre el tiempo que se dedica a la televisión y el sobrepeso. El estudio considera que por cada hora que se pasa frente al televisor aumenta un 30% el riesgo de convertirse en obeso.

Además de todos estos cambios, los expertos alertan de la enfermedades asociadas a este trastorno alimentario. La obesidad supone un aumento del riesgo de padecer enfermedades coronarias, diabetes y cáncer. Por ello, desde las unidades de nutrición los médicos quieren hacer ver que no es una cuestión meramente estética, sino que se trata de una verdadera enfermedad. Además, "la obesidad mórbida, aparte de producir problemas físicos de salud puede provocar ansiedad, depresión y problemas de adaptación social", asegura Enrique Daniel, psiquiatra del Complejo Hospitalario de Cáceres.