Batidos y zumos sin azúcares añadidos, fruta y verdura troceada, ensalada, frutos secos con bajo contenido en sal o queso bajo en grasas. Son algunas de las opciones de picoteo que tendrán las máquinas de vending que se instalarán en le nuevo Hospital Universitario de Cáceres, en las que se tienen en cuenta los criterios ‘healthy’ (saludable) que ya se aplican a otros centros hospitalarios de la región, entre ellos también el hospital San Pedro de Alcántara. En la licitación en marcha hasta el pasado 2 de enero se tenía en cuenta que la oferta contenga productos saludables y, de hecho, «se valorará de forma adicional» que las propuestas incluyan otros productos sanos más allá de los que se exigen en los pliegos: a más productos sanos, más puntuación, es uno de los criterios que se han establecido.

La licitación la había puesto en marcha el Área de Salud de Cáceres y en la documentación se especificaba el interés de la gerencia por seguir la estrategia NAOS del Ministerio de Sanidad, para prevenir la obesidad. En ese sentido, en el pliego aparecen tres grupos de alimentos que constituyen la oferta principal a realizar: bebidas calientes, bebidas frías y alimentos elaborados. Según se concretaba además, «al menos una de las líneas de la máquina, deberá ser de alimentos saludables que incluya fruta, verdura, productos sin gluten, productos sin azúcares añadidos y productos con pan integral». En todos los casos serán irrenunciables además aspectos como «la necesaria ausencia de edulcorantes y aromatizantes, la ausencia de azúcares añadidos o la limitación de las grasas saturadas, azúcares o sal. Es decir, se pide que los productos que se presenten tengan en su conjunto una composición alimenticia saludable», concretan fuentes de la Consejería de Sanidad.

La licitación vetaba las grasas trans (habituales en bollería y alimentos procesados y perjudiciales para la salud), fija en un 35% el máximo de las calorías aportadas por grasas en cada porción, limita a 30% la presencia de azúcares y acota a 0,5 gramos la cantidad de sal permitida. Con eso, por ejemplo, se detalla en el pliego que en el caso del agua, únicamente se podrá ofertar agua natural envasada «sin agentes aromáticos ni edulcorantes»; en cuanto a los lácteos, no podrán superar más de 12,2 gramos de azúcar por cada 100 mililitros; las bebidas de hortalizas (un gazpacho refrigerado) deben contener al menos un 50% de hortalizas; y en el caso de los frutos secos, no se permiten presentaciones de más de 30 gramos, porque se superaría en ese caso el máximo de 200 calorías por producto que se fija en estos pliegos.

En cuanto a las bebidas calientes, las máquinas deberán contar, como mínimo, con los básicos: café, leche, infusiones y chocolate. Es en los otros dos grupos en los que se especifica en algunos productos la necesidad de que sean con criterios saludables. En cuanto a las bebidas frías, aparece por ejemplo que las máquinas deberán dispensar batidos y zumos que no contengan azúcares añadidos, así como latas de refrescos y bebidas isotónicas, también sin azúcar. No quiere decir que todas deban ser así, pero sí que se debe dar la opción de poder elegir una alternativa más saludable en cada caso.

La situación se repite en el caso de los alimentos elaborados. Entre las alternativas que se ofrecerán están tanto pastelillos y chocolatinas como galletas, barquillos y barritas de chocolates sin azúcar; e incluso fruta y verdura troceada y envases de ensalada. Además deberán contener bocadillos, prefereriblemente elaborados con pan integral, con base vegetal conservas de pescado o jamón bajo en sal.

El listado de productos que deberán contener los nuevos dispensadores tiene también en cuenta algunas de las intolerancias más comunes, como la celiaquía o la intolerancia a la lactosa; e incluye por ello productos específicos para estas personas: lácteos sin lactosa y batidos y aperitivos sin gluten.