Que se electrifique la línea convencional de Talavera de la Reina a Madrid dentro del plan del transporte de mercancías, por si el tren se atasca en Toledo se pueda cubrir el trayecto Lisboa-Madrid sin grandes pérdidas de tiempo (habría que recordar que el ayuntamiento toledano ha pedido ahora que se hagan dos estaciones de AVE en la ciudad).

Que se ponga el foco en la electrificación de la vía de Mérida a Puertollano y que se reactive el tramo Plasencia-Salamanca para aliviar el transporte de mercancías y, en este caso, conectarlo con el Corredor Atlántico.

Y que se contemple una conexión en sentido sur con la línea de AVE Madrid-Andalucía.

Son las principales alegaciones que empresarios extremeños (agrupados en la Plataforma Corredor Sudoeste Ibérico, capitaneada por Antonio García Salas) han presentado al proyecto del estudio informativo del tramo Oropesa-Madrid, que forma parte de la línea de alta velocidad que conectará Extremadura con Atocha.

Otra de las propuestas que se han emitido desde la región es que «se debería considerar la división de los expedientes de la Declaración de Impacto Ambiental por tramos que sean homogéneos en características y problemáticas, y en aportar soluciones independientes y autosuficientes» para evitar que los trámites se demoren en el tiempo.

Asimismo, desde la Plataforma Corredor Sudoeste Ibérico subrayan: ·«Debe revisarse el plan de obras para poder crear las condiciones administrativas, presupuestarias y de ejecución de obras que permitan minimizar los plazo».

En principio el AVE Madrid-Extremadura tiene fecha de finalización en 2030, una meta que se ve muy lejana y de la que además se duda teniendo en cuenta la acumulación de retrasos que pesan sobra la línea de alta velocidad extremeña.