Es joven (33 años) y sobradamente preparada porque se preparó durante un año en Salamanca para trabajar como Protésico Dental. La realidad, sin embargo, es que no ha conseguido trabajo en este área y tiene muy claro cuáles son los motivos: "Soy mujer y soy sorda, así que es muy complicado encontrar trabajo".

En su caso, su talento se queda en casa no por problemas familiares o de puertas para dentro de su casa sino por culpa del exterior, porque "existen aún muchas barreras en la sociedad", afirma, y ella lo ha podido comprobar por partida doble en las diversas entrevistas de trabajo a las que se ha presentado.

Considera que, en general, falta sensibilización entre los empresarios y lo que pide es "igualdad, entre hombres y mujeres, y entre oyentes y no oyentes" a la hora de facilitar un puesto de trabajo. Ella es afortunada porque tiene un empleo, pero no de acuerdo a la profesión que estudió, sino como limpiadora en comunidades de vecinos de Plasencia, la ciudad donde reside. Es consciente de tener un doble impedimento, el de ser mujer y el de ser sorda, pero en este segundo aspecto, apunta que la solución es sencilla puesto que en las entrevistas de trabajo solo necesita un intérprete (esta entrevista se hizo gracias a una intérprete), pero a la hora de desarrollar su trabajo no considera que sea imprescindible.

"Solo en casos puntuales, para tratar cosas con el jefe y en algunos aspectos concretos, necesitaría intérprete, pero en otros muchos no", apunta. Los intérpretes los facilita la federación regional de asociaciones de personas sordas.