Esta artista (Fregenal de la Sierra, 1949) ha hecho de su pintura con ´collage´ un estilo propio que juega con el color y las formas. Ahora expone en Don Benito

La vida es color para Pilar Molinos. La pintora reina en La Cinoja, su casa de tres plantas y centro de exposiciones en Fregenal de la Sierra, que el próximo año cumple una década de actividad. Sus collages han acabado por definir su estilo, en el que la naturaleza, los animales, los objetos habitan ese mundo de color, en el que la artista no oculta las propias heridas. Ha reunido obras de los últimos años en Aire frío del alba , que muestra en la casa de cultura de Don Benito hasta finales de noviembre. Posteriormente expondrá en la galería Concha Pedrosa de Sevilla

-- Aire frío del alba reúne obra de varios años. ¿Qué dice de usted?

--Dice de mi uso del color, de la explosión de color, que es algo innato en mí. Y del collage , que cada vez lo voy haciendo más sintético. Sin embargo no quiero que mi obra deje de ser narrativa; aunque como uno no manda en lo que hace, no sé por dónde va a salir.

--El aire frío será el del invierno o el otoño.

--Es aire frío. Un frío que duele, que es una queja. Aunque mi obra aparentemente no lo es; pero en este caso sí. Están esa queja, los miedos que tiene una. Pero queda el alba del título de la exposición, y que alude a la luz. Anuncian otra etapa en mi obra, más sintética, más mirando al cielo, de donde más bien soy yo, que aquí abajo.

--¿Se siente defraudada?

--Vender me da igual. Soy cada vez más reacia a hacerlo. Cuando veo a la gente pasar con facilidad delante de mis obras, sin pararse a pensar en ellas... Así que me comporto a contracorriente. Y hago mi pintura más hermética.

--Habría que explicarla al público.

--¿Cómo no ser hermético? Es un problema de la sociedad, que no se detiene a pensar. Creo que cada cosa que uno hace tiene que disfrutarla. Y eso es lo que hago. Por eso estoy cada vez más fuera de la onda.

--¿De qué onda?

--Del mundo de las galerías. Pero bueno, tengo más libertad para crear, y si no aparecen compradores... bueno, no me hace falta vender. No tengo ambiciones, y a cambio disfruto de libertad e independencia. Y así como creadora tiendo a ser más íntima. He dejado de ir a la feria Arco, porque ya no me interesa. Lo más importante es crear. Y para expresarnos, nuestro único lenguaje es la pintura.

--En el 2008 se cumplen diez años de la fundación de La Cinoja.

--Era una casa de finales del siglo XVII de la familia de mi marido. Y en 1981 empezamos a rehabilitarla. Luego me metí en esto de las exposiciones y organizo tres cada año. La próxima será en diciembre del escultor Carlos de Bunes. Un escultor estupendo, número uno de su promoción en tallado de madera, que vive en Badajoz. En La Cinoja hemos organizado encuentros artísticos, que yo tanto echo en falta. También jornadas de antropología, performances, instalaciones...