El pasado día 15 nació en Badajoz el primer bebé extremeño por inseminación artificial mediante una técnica denominada bioxia testicular, empleada en otros lugares de España, pero pionera en la región. El resultado fue el alumbramiento de un hermoso niño de 4 kilos que, como su madre, está en perfecto estado.

La experiencia se llevó a cabo en el Instituto Extremeño de Reproducción Asistida (Iera), donde el citado método se aplicó por primera vez en Extremadura, al margen de que alguna pareja de aquí que se le haya realizado en algún otro centro de España.

El doctor Alvaro Miguel de Llera ha relatado a EL PERIODICO cómo se llevó a cabo esta técnica de reproducción asistida para varones que no tienen espermatozoides en el semen y que consiste en la extracción de espermatozoides directamente del testículo haciendo una bioxia testicular.

MUCHAS PAREJAS

La esterilidad, afirma Miguel de Llera, "afecta a muchas parejas y una de las causas es que hay varones que no tienen espermatozoides por causas muy diversas: causas genéticas, por contacto con tóxicos, pesticidas, por radiación u otro enfermedad como las paperas".

Estos no producen espermatozoides, "pero en los testículos quedan células con capacidad reproductora. Se hace una bioxia: se coge un pedacito de tejido de testículo y en laboratorio se buscan espermatozoides y se hace una fertilización in vitro", cuenta el doctor, que añade que "este problema tiene una incidencia significativa, la mitad de los problemas de esterilidad son por causa del varón y de ellos, el 10 o el 15% es debido a estos casos".

Todo el proceso de bioxia y fertilización se hizo en el Iera, pero el nacimiento se produjo en una clínica privada. "El niño pesó cuatro kilos y está fenomenal", dice Miguel de Llera, "era una pareja joven que había intentado tener hijos durante mucho tiempo, pero no sabían que tenían este problema; se les hizo pruebas a los dos y se detectó con un seminograma, que es el estudio del semen, y se detectó enseguida".

Por ello, Alvaro Miguel aconseja a las parejas que "si en cuatro o cinco meses intentándolo no tienen hijos, se hagan la prueba; éste tenía un problema denominado azoospermia, que es la falta de esperma en el eyaculado". Y señala que la fertilidad no es un problema que esconder, que no tiene que ver con la líbido, "se puede tener una vida sexual normal; de otro modo se generan más problemas. Es algo que se da en zonas rurales por los pecticidas".