Una plaga, el gusano del pino, obligará a talar 1.200 hectáreas de pino en la zona norte de Cáceres y a destruir la madera para evitar que se propague, para lo que el Seprona vigilará que no se comercie con esta madera para evitar que el mal se propague. Vázquez indicó que se abrirá una línea para indemnizar a los propietarios de los pinos talados y que éstos podrán colaborar en el arranque cobrando por los trabajos. Al parecer, la plaga vino de Portugal.

El consejero aclaró que no existe obligación alguna de que la tala finalice antes del 1 de abril, sino que se recomienda que sea así por ser en esas fechas cuando el parásito se activa de nuevo y puede generar más problemas. En todo caso, las tareas se iniciarán la semana que viene, para completarlos cuanto antes, y además seguirán las prospecciones en un radio de 20 kilómetros para detectar si la plaga se extiende y actuar rápidamente en los nuevos focos.