Extremadura tiene 116.258 hectáreas con riesgo alto de desertización y en el caso de algo más de 5.000 hectáreas el riesgo es muy alto, lo que supone el 2,79% del territorio regional, según los datos facilitados por la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente.

Los cuatro puntos que mayor riesgo presentan, según el mapa de la desertificación que publica el Ministerio de Medio Ambiente son: el norte de Jerez de los Caballeros hacia Salvatierra de los Barros y Fuente del Maestre, en Badajoz, y la zona de Casas de Millán y Pedroso de Acín y el este de las Villuercas, en Cáceres.

Aunque no se trata de una buena noticia, Extremadura todavía puede estar tranquila al no encontrarse entre las peores paradas, encabezando la lista las Islas Canarias seguidas de Murcia, Alicante y Almería.

La desertización amenaza a más de un tercio de la superficie de España, en concreto el 17,85% está en riesgo alto o muy alto y el 19,20 en riesgo medio.

MEDIDAS DE PREVENCION De esta realidad parte el recién aprobado Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación (PAND) del Ministerio de Medio Ambiente y que ha tardado once años en ver la luz.

Entre las medidas que recoge está la creación de un Observatorio de la Desertificación en España y una Oficina Técnica de la Desertificación que establezcan las zonas en riesgo donde se deben realizar acciones.

Se prevé la ejecución de proyectos de restauración de cuencas en zonas áridas y semiáridas degradadas, además se creará un Sistema Integrado de Evaluación y Vigilancia de la Desertificación, que coordinará los estudios que se desarrollan sobre este problema y propondrá otros nuevos para evaluar el estado actual de los suelos.

Además en la comunidad de Extremadura la administración regional está aplicando el Plan Forestal de Extremadura.

EQUILIBRIO CON EL MEDIO Por su parte, la profesora de Geomorlogía de la Universidad de Extremadura (Uex), Mayte de Tena, asegura que la región cuenta con uno de los sistemas que están en mayor equilibrio con el suelo que es la dehesa, "Extremadura no tiene cultivos intensivos, la tasa de incendios es moderada y no hay una sobreutilización del suelo que lleve a una erosión del mismo".

Además señala que incluso en el pasado el riesgo fue mayor, sobre todo en las épocas de hambruna, " los cambios climáticos siempre han existido y esta no es la principal causa", indica la profesora extremeña.