El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) ha emitido una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) positiva para la planta fotovoltáica de Usagre, según ha publicado el Boletín Oficial de Estado. No obstante esta aprobación, su instalación deberá cumplir 77 condiciones.

El proyecto de la localidad pacense incluye una instalación fotovoltaica de 431,34 MW, una subestación eléctrica a 30/400 KV y una línea eléctrica a 400 KV para la evacuación en Usagre, Hinojosa del Valle y Bienvenida.

La energía generada en la instalación proyectada, aproximadamente 850 GWh/año, permitirá reducir anualmente la emisión del orden de 303.450 toneladas de CO2 procedente de combustibles fósiles. La vida útil de la instalación prevista se estima aproximadamente en 45 años.

La declaración concluye que «no es previsible que el proyecto produzca impactos adversos significativos siempre y cuando se realice en las condiciones señaladas en el presente análisis técnico».

Entre ellas está que durante la fase de construcción y los primeros siete años de funcionamiento del proyecto, se deberá hacer un estudio detallado de las poblaciones de aves esteparias que permita sentar las bases del conocimiento profundo y detallado de la distribución, estado de conservación, usos del territorio y amenazas. Así se podrá desarrollar un plan de conservación de las especies más amenazadas durante el resto de la fase de explotación.

La DIA marca los tiempos del estudio: sisón (2018-2019), ganga ortega (2020-2021), alcaraván (2022-2023), avutarda (2024-2005) y el resto de las poblaciones de avifauna esteparia (2018-2025).

Debido a «la dilatada superficie de las áreas con dispersión de material» de varios yacimientos, identificados por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, se deberá realizar una prospección arqueológica intensiva con el objetivo de «delimitar con mayor precisión la existencia de estructuras en el subsuelo».

En caso de que el resultado de éstos fuera positivo, se determinará, «bien la exclusión del proyecto en las áreas positivas y su perímetro de protección, o bien, la completa excavación arqueológica de los restos localizados, de conformidad con lo que determine la Dirección General de Patrimonio».

Previo al inicio de las obras, y bajo la supervisión de los Agentes de Medio Natural de Extremadura, se realizarán prospecciones del terreno, en la época adecuada y por el técnico especializado en botánica, en la que se identifique la posible presencia de las especies de flora amenazadas así como también de la vegetación de interés.

Destaca también, entre las exigencias, que las características estéticas de las construcciones deberán «similares a las de la arquitectura rural tradicional de la zona», por lo que deberán emplearse «materiales y colores que permitan su integración en el entorno».

De hecho, y así se recoge, las construcciones auxiliares y las arquetas del cableado, entre otros elementos, «deberán integrarse en el paisaje con teja y ser amigables para la fauna».