Felisa Montáñez es todo un ejemplo de superación de cuando nadie hablaba de conciliar el trabajo y la vida familiar: tiene 72 años y no ha parado de trabajar desde los dieciséis, en que se casó y tuvo doce hijos. Ayer recibió un merecido homenaje de Plasencia y se convirtió en un claro ejemplo de por qué se celebra el 8 de marzo el día de la mujer trabajadora, como la presentó la concejala de la Mujer, Josefa Pérez Camisón.

La pionera de las tiendas de todo a cien cerró ayer la suya en la calle de las Cruces para recibir, arropada por su larga familia, un homenaje al que respondió enormemente agradecida, muy emocionada y con un tembleque en la mano que delató su nerviosismo. "Gracias a todos, que han sido muy amables conmigo. A toda Plasencia, al Valle y a toda la gente que me ha ayudado a dar de comer a mis hijos".

LA RECOMPENSA Y es que esta mujer tan menuda como tenaz puede presumir de haber criado a doce hijos, de los que han sobrevivido siete, a base de 56 intensos años de trabajo. Con las primeras 700 pesetas que ahorró limpiando, compró objetos de cobre que empezó vendiendo por los pueblos a donde iba en la empresa. A los 36 años aprendió a leer, se sacó el carnet de conducir y desde entonces sigue viajando a Madrid en su furgoneta a por la mercancía. Enviudó hace catorce años, pero su recompensa es que nunca está sola. Sus dieciséis nietos y diez biznietos bien lo demostraron ayer.