El presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago, inauguró ayer en Mérida la plaza Miguel Angel Blanco, ubicada en la antigua Glorieta Juan de Avalos. "Hoy es el día de la valentía, el día de la dignidad, el día en que Extremadura decide poner el nombre de Miguel Angel Blanco a una plaza para, con su espíritu, seguir dando la cara, y seguir diciéndole a terroristas de cualquier origen o ideología: se acabó el miedo y la coacción", expresó el presidente.

El concejal de Ermua fue asesinado por ETA en 1997. "Todos los que vivimos aquellos momentos, aún recordamos los largos días de angustia que revolvieron el alma y la dignidad de los españoles. Su muerte fue un golpe tan doloroso que se convirtió en símbolo", añadió Monago, quien subrayó que con este atentado comenzó un "Basta ya" que "resuena aún hoy" y que es el "Basta ya a los 858 asesinados por ETA en sus 51 años de historia". El presidente recordó que aunque la banda terrorista nunca atentó en Extremadura, entre sus víctimas mortales se encuentran 53 extremeños, 28 de ellos guardias civiles. "Esos también fueron 53 duros golpes para todos los extremeños, que hoy, con este acto, mostramos nuestra intención de no olvidar a quienes sufrieron una violencia contra que la lucharon abiertamente".

COMPROMISO Al acto de inauguración también ha acudido la hermana del concejal homenajeado, María del Mar Blanco, que fue la encargada de descubrir el monumento que preside el parque emeritenses. Tras el acto público Monago y Blanco mantuvieron un encuentro en Presidencia. La hermana de Miguel Angel Blanco aseguró que "es un auténtico honor que esta comprometida ciudad como es Mérida rinda homenaje a las víctimas del terrorismo" y añadió que la plaza en su honor es "un símbolo de paz, de libertad, de memoria, de dignidad, de justicia y un recuerdo permanente para los que ya no están con nosotros".

Durante la entrevista con el presidente extremeño, hablaron de la situación actual, de la política y de la vida en el País Vasco y como no sobre lo que queda y hay que hacer de cara al final del terrorismo. "ETA ha dejado de mater no porque se hayan reconvertido en demócratas, sino porque han sido derrotados por el estado de derecho han dejado de matar, pero no de existir".

Ante esta situación M del Mar Blanco coincide con Monago en que "debemos seguir todos juntos luchando, para que ETA desaparezca de nuestras vidas, sin que ETA reciba nada a cambio, ya que es su deber desarmarse, reconocer el daño causado y pedir perdón a las víctimas del terrorismo".