La población extremeña se reducirá un 1,05 por ciento en los próximos diez años, pasando de 1.080.439 habitantes de este año 2009, a los 1.069.041 habitantes en el 2019, según el estudio La Proyección de la Población elaborada por el Instituto Nacional de Estadística para el periodo 2009-2019.

Según la agencia Europa Press, Extremadura será una de las regiones que en la próxima década presentará un crecimiento vegetativo negativo, es decir, donde el número de defunciones superará al de nacimientos, ya que registra 670 defunciones más que nacimientos, pero se prevé que en 2019, este crecimiento vegetativo sea de -2.303.

Por el contrario, en el conjunto nacional, la población española crecerá en diez años 1,1 millones de habitantes frente a los más de 5 millones de la década anterior, Así, España pasará de los 45.828.172 habitantes en 2009 a los 46.955.030 en 2019, lo que supone un crecimiento del 2,46 por ciento.

El documento señala también una desaceleración de la tasa de crecimiento de la población, que se reduciría desde 1,2 por ciento anual registrado en 2008 hasta el 0,3 por ciento en 2010. A partir de ese año y hasta 2018 la tasa se estabilizaría.

Frente al ritmo anual de crecimiento medio de 695.000 habitantes durante el periodo 2002-2008, de acuerdo a las hipótesis planteadas en los diez próximos años la población residente en España experimentaría un incremento anual de en torno a 113.000 habitantes. De esta forma, y después de unos años de elevado dinamismo demográfico, España apenas alcanzaría los 47 millones de habitantes en 2010.

En cuanto al crecimiento vegetativo español, tras haber registrado el máximo de las dos últimas décadas en 2008, con una diferencia favorable de nacimientos sobre defunciones de 133.000 personas, experimentaría un descenso hasta un excedente vegetativo anual de 16.700 personas en el horizonte de 2018, de acuerdo con las previsiones establecidas en esta proyección.

El Indice Sintético de Fecundidad --o número medio de hijos por mujer-- mantendría su ritmo de crecimiento, pasando de los 1,46 en 2008 a los 1,54 en 2018, debido en parte al efecto de la población extranjera que se viene observando en los últimos años. La aportación de las mujeres inmigrantes, que tienen hijos a edades más tempranas, explicaría también que la edad media a la maternidad se estabilice en torno a los 31 años.

Sin embargo, el crecimiento esperado de la fecundidad de las mujeres residentes en España no sería suficiente para impedir el descenso en el número absoluto de nacimientos, como consecuencia de que las generaciones de mujeres en edad fecunda serán cada vez menos numerosas. De hecho, se espera que a partir del presente año tenga lugar una paulatina reducción en el número anual de nacidos en la próxima década.