Alrededor de diez jóvenes con indumentaria ultra se concentraron esta tarde en el bombo de la música de cacereño paseo de Canovas como respuesta al llamamiento de una plataforma de extrema izquierda. La reunión, no autorizada por la Delegación del Gobierno en Extremadura, pretendía convertirse en un acto de solidaridad con Carlos G. Basas, el joven de ultraizquierda herido el jueves por el joven neonazi, Francisco Javier Lucas Verdejo.Ante esta convocatoria, las Fuerzas de Seguridad del Estado desplegaron a 25 policías antidisturbios procedentes de Madrid, quienes, a partir de las 20.15 horas, procedieron a la identificación de todos los ciudadanos apostados en el bombo de la música y en su alrededores. La policía exigió a los manifestantes que se descubrieran (la mayoría se tapaba con gorros y bragas militares, que dificultaba su identificación), sacaran las manos de los bolsillos y mostraran todos los elementos metálicos y punzantes, momento en el que se les incautó un espray de pintura y unos carteles de solidaridad con Basas.Además, aquellos que carecían de documentación, eran trasladados a uno de los cinco furgones para proceder a su identificación.