El crecimiento económico de España se va a acelerar y seguirá siendo la 'locomotora de Europa' ¿Por qué? Porque yo lo digo. "La Unión Europea no nos va a multar por haber sobrepasado el déficit permitido" ¿Por qué? Porque yo lo digo, podría responder el ministro de Economía Luis de Guindos . O 'porque yo lo valgo', que vendría a ser lo mismo.

El que fue jefe para España del banco de inversión --otra forma de llamar a los casinos financieros-- Lehman Brothers, que quebró en 2008, continúa en la línea de tomarnos el pelo en la cara, después de que superara muchos listones de altura al anunciar que el saneamiento de los bancos españoles vía cajas de ahorro no nos costaría un euro, con el resultado ya sabido; una trampa con el banco y las instituciones europeas que nos tiene desde entonces intervenidos.

Dos semanas después de que varios millones de españoles dieran su adhesión inquebrantable al partido investigado por corrupción, el reguero de inmundicias políticas e irresponsabilidades públicas salidas de esa factoría sigue llenando los caminos con mojones (cuarta acepción) como la subida de la electricidad con efecto retroactivo desde 2014, o un nuevo asalto a la hucha de las pensiones en esa senda ciega de empobrecernos a todos y hacernos pasar por las ventanillas de los bancos para unos seguros de retiro laboral con que la oligarquía heredera del franquismo siga jugando en los casinos de las finanzas.

El país es una gran ciénaga donde una de las dos Españas que dijera Machado se desespera y no sabe adónde exiliarse, mientras la otra, notablemente más grande al menos en las urnas, procura conservar su pobreza mientras intenta seguir pescando en unas aguas ennegrecidas y malolientes de las que quizá puedan mal alimentarse hasta el fin de sus días, pero que no darán sustento para su descendencia.

Ante la fatalidad de que las urnas hablaron, y no siempre lo hacen con buen discurso, el presidente en funciones Rajoy sigue atornillando el torno de la miseria nacional desde su hamaca, viendo cómo nadie quiere abanicarse a su lado y está dispuesto según parece a que nos tiremos todos desde el avión y solo él con paracaídas.

Este sábado el reo del torno político del gallego, el PSOE, habrá celebrado un comité federal en el que posiblemente al partido no le habrán sacado una palabra más de la que ya ha dicho. No a una investidura de Rajoy. No, no, y no.

PP y Ciudadanos forman una mayoría relativa de 169 diputados más que sobrada para dar a este país un gobierno, aunque España lo que necesita no es un gobierno, sino un buen gobierno, ese cuyo partido no esté en las diligencias policiales y judiciales y capaz por tanto de despertar una mínima empatía política y social que le permita diálogos para hacer las reformas, por dolorosas que sean, que todos necesitamos y que como buenos españoles seguimos aplazando.

Desbloqueo

Rajoy debe pasar por un primer fracaso en la investidura. Nadie le quiere, ni en la formación política más próxima. Pero a partir de ahí viene la opinión del presidente extremeño Fernández Vara de permitir de alguna manera que este bloqueo acabe.

Fue el primero que lo dijo con claridad, luego se le han sumado otros expresa o tácitamente. El único problema de aquellas prontas manifestaciones fue seguramente la palabra 'facilitar' y sobre todo el momento prematuro en que se dijeron ya que la política tiene sus momentos, y la recuperación social y electoral del PSOE reclama unos pasos que discurren en primer lugar por sumarse a un rechazo general a Rajoy, estudiar luego una dolorosa abstención --y no mínima, sino de todo el grupo parlamentario en acción solidaria y colectiva-- para trabajar a partir de ahí en recoser esa plataforma frustrada de primavera, un entendimiento amplio de izquierda al que se puede sumar en cierto momento el nuevo centro; enderezar así una legislatura que no puede acabar de esta forma, no puede consumarse de ninguna manera con las políticas actuales. Para ello están las mociones de censura y confianza.

Renta básica

Extremadura nos ha proporcionado sin embargo buenas noticias este jueves. PSOE y Podemos sacaban con la amplitud de sus votos la ley de medidas extraordinarias contra la exclusión social. Venían de un encontronazo y muy fuerte en la negociación de los presupuestos autonómicos, y tras ello ha habido varios meses de negociación en los que ambos han encontrado espacios de entendimiento para esta ley básica de política social, pese a que de fondo atronaba desde Madrid el estruendo del sorpasso que Pablo Iglesias intentaba sobre Pedro Sánchez .

El acuerdo es importante en primer lugar por los destinatarios. En una Extremadura donde apenas florecen en este comienzo de verano la temporada agraria y una hostelería de sueldos bajos, hay quienes todavía no caben ni en esa bolsa del empleo precario y mal pagado. Ojalá no haya que usarlos pero ahí está la expectativa de renta básica, pago de suministros energéticos, y de otras necesidades de los que están más abajo.

Con seis diputados, los seis que además deciden las mayorías, hay que hacer política, y ello significa aprobar medidas, no las ideales pero sí las mejores posibles. Eso es lo que se espera en trances históricos como este y no tirar por la borda como cierta izquierda hizo en la legislatura pasada esa posibilidad.

Este acuerdo le da base a Fernández Vara para abordar más sólido el debate de la región en estos próximos días, pero también a Alvaro Jaén para criticar desde la legitimidad con responsabilidad. La actualidad es vertiginosa. Ayer era una gran derrota electoral. Hoy es un acuerdo de mayoría parlamentaria para darle a la gente lo que de momento necesita.