El Gobierno socialista portugués expresó ayer su intención de construir el ferrocarril de alta velocidad con España y rechazó las presiones de la oposición conservadora para suspender el proyecto por la crisis económica que vive el país. El ministro luso de Obras Públicas, António Mendonça, aseguró, en un debate parlamentario, que la voluntad del Ejecutivo socialista es "firme" y seguirá adelante con el proyecto, que debe estar concluido en 2013.

El ministro también insistió en que se mantiene la construcción del tramo más próximo a Lisboa, cuyo concurso fue anulado este mes y debe volver a ser convocado en noviembre en condiciones que permitan un ahorro de costes y mayor financiación europea.