El Gobierno socialista de Portugal no tomará decisiones sobre los contratos del proyecto de tren de alta velocidad con España hasta después de las elecciones generales previstas para octubre este año, como pedía la oposición de centro-derecha.

El ministro luso de Obras Públicas, Mario Lino, que el lunes defendió el carácter "prioritario" de ese proyecto para Portugal, matizó ayer que la decisión final sobre la adjudicación del proyecto no podrá producirse antes de octubre, cuando haya ya una nueva legislatura.

Ferreira Leite, del Partido Social Demócrata, ganador de los comicios europeos del pasado día 7 en Portugal y que aspira a arrebatar la mayoría absoluta que tienen los socialistas desde 2005, se reafirmó en su oposición al proyecto de unir Lisboa con Madrid y Vigo --vía Oporto-- por ferrocarril de alta velocidad.

La dirigente de la oposición declaró que "por lo menos habría que suspender" el proyecto, que considera muy costoso y debe estar terminado en 2013.

El ministro Lino, sin hacer referencia a los argumentos de la oposición, sostuvo que la "evolución normal de las cosas lleva a que sólo en la próxima legislatura haya condiciones, nunca antes", para firmar el principal contrato de la obra.

Según el ministro, el concurso, ahora en la última fase de evaluación de ofertas y negociación y al que aspiran empresas españolas, debe dar lugar a un informe que será emitido en julio y después a nuevas gestiones sobre condiciones y financiación antes de la firma del contrato final, la cual será ya después de las elecciones.

Ferreira Leite considera que el costo del proyecto, cercano a los 9.000 millones de euros, es "extremadamente gravoso" para las generaciones futuras y, dada la crisis actual, lo más conveniente para el país es "retrasarlo", aún a riesgo de perder las subvenciones europeas, de 1.400 millones de euros.

La dirigente conservadora cree que éste será un buen tema para que se pronuncien los electores portugueses en los próximos comicios.