El PP extremeño considera que el secretario regional del PSOE, Guillermo Fernández Vara, ha actuado "una vez más con cobardía" durante el trámite de la nueva Ley de Renta Básica, aprobada en la Asamblea autonómica. El vicesecretario de Organización del PP extremeño, Juan Parejo, lamentó ayer en Badajoz que Fernández Vara "no bajara ayer a la tribuna" a debatir la Ley de Renta Básica, y que "mandara a uno de sus portavoces", la diputada Isabel Gil Rosiña.

Parejo rechazó las posteriores palabras de Fernández Vara, en las que el secretario general del PSOE extremeño explicaba que en el primer consejo de Gobierno que celebre cuando recupere la presidencia de la comunidad, cambiará esta Ley de Renta Básica. Sin embargo, Parejo recordó que el PSOE no llegó a crear esta ley cuando gobernaba, pese a que en un Consejo extraordinario de gobierno en el 2010 anunció su puesta en marcha para antes de noviembre de ese año; pero la normativa "nunca se llevó a cabo". Por no dar la cara, consideró Parejo que Vara "dio ayer la espantada de manera cobarde", afirmó. La Ley de Renta Básica aprobada el jueves aportará 13,2 millones de euros destinados a unos 5.000 perceptores --que recibirán entre 400 y 720 euros--, como recordó el vicesecretario de Organización del PP de Extremadura.

Sobre el pleno en el que la nueva norma se debatió ayer, el presidente extremeño, José Antonio Monago, criticó el momento en que unos activistas interrumpieron el debate tirando unas monedas al hemiciclo: "Se empieza por tirar monedas en el Parlamento y no se sabe como se termina", afirmó defendiendo el papel de la clase política. En el congreso de UGT Extremadura, Monago lamentó el incidente y dedicó gran parte de su discurso ante los congresistas de UGT a responder a Javier Segura, un representante de la Cumbre Social que le precedió en la palabra y que afirmó que los políticos se han convertido en una "casta".

Para Monago, "las etiquetas y las generalizaciones" de este tipo "hacen mucho daño" y profundizan la crisis institucional que sufre España. En ese sentido, consideró "grave" que "se critique a los sindicatos por criticar", que "se vaya a lo banal, que no se reconozcan los esfuerzos, que se caiga en generalizaciones y que, de paso, para defenderse de todo eso, se escupa hacia la clase política".