El plan diseñado por el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, para poner freno a la crisis económica no ha recibido el respaldo del Partido Popular. Desde sus filas, el secretario de Comunicación, Tomás Martín Tamayo, expresó ayer que la propuesta de poner a la venta las 21.000 viviendas sociales de la región, con el fin de incrementar los ingresos de la hacienda económica y revertirlos en el sector de las construcción, no paliará las consecuencias en Extremadura de la situación económica global.

Por el contrario, los populares son fieles a su recetario habitual ante las dificultades económicas y proponen medidas como la bajada de los impuestos, la austeridad en el gasto público, planes especiales de ayuda a las pequeñas y medianas empresas, un plan de contención de precios, y medidas para incentivar la distribución de los productos extremeños mediante la concesión de ayudas a los exportadores.

Los populares tienen la intención de que el Ejecutivo ponga en marcha cuanto antes todas las medidas necesarias para ayudar a las familias extremeñas a superar la crisis. Por este motivo el PP solicitará un pleno en la Asamblea de Extremadura para tratar únicamente la actual situación económica y sobre cómo afecta a los diferentes sectores productivos de la región.

REINVERTIR LOS INGRESOS Por su parte, el PSOE extremeño apoyó las medidas presentadas por el Gobierno regional para frenar la crisis, entre las que se incluyen la congelación de salarios de altos cargos y un plan de ahorro energético. Sobre la compra de forma opcional de los pisos sociales por parte de sus actuales inquilinos, la portavoz de los socialistas, Ascensión Murillo, subrayó que el plan pretende "capitalizar" esos inmuebles para posteriormente reinvertir el dinero recaudado para impulsar el sector de la construcción. Asimismo destacó las medidas encaminadas a reducir los trámites para los empresarios.