Partido Popular y Partido Socialista reconocieron ayer que la vida política regional está especialmente crispada en los últimos tiempos, una situación que se ha recrudecido a raíz del incidente ocurrido durante el último pleno de la Asamblea de Extremadura y que fue protagonizado por los diputados Mercedes Amado (PSOE) y José Luis Santos (PP).

El problema surgió durante la intervención del diputado popular José Luis Santos, que defendía las enmiendas que su grupo había presentado a los presupuestos de la Consejería de Sanidad. En ese momento, según el relato de varios dirigentes populares, la diputada socialista le increpó con la frase que inició la polémica: "Eso se lo dices a las madres de los hijos a los que has matado".

Santos anunció ante el pleno su intención de emprender acciones judiciales contra Mercedes Amado, al tiempo que el Grupo Parlamentario Popular presentó un escrito al presidente del Parlamento regional, Manuel Veiga, en el que solicitaba la reprobación de la diputada. Así, el PP considera que esta frase atenta "contra la dignidad personal y profesional" de Santos, que es médico, así como de todo el Grupo Popular. Tras el pleno el diputado del PP Javier Casado llegó a comentar que la expresión "define la catadura moral de quien la emite y sugiere muy serias dudas de su estado democrático y su salud mental".

REACCION DEL PSOE

Poco después el Grupo Socialista presentaba un nuevo escrito a Veiga para pedir que no se adoptase ninguna medida contra Amado, puesto que "no existe ninguna constancia, más que las aseveraciones de José Luis Santos, de que la diputada se dirigiera en algún momento al señor diputado". Además, el PSOE culpa a los populares del "clima de creciente crispación" que se vive en el Parlamento extremeño por algunas de sus intervenciones en los últimos tiempos.

Como ejemplo de esta crispación los socialistas recuerdan que recientemente altos cargos del Partido Popular de Mérida asistían como invitados a una sesión plenaria y "sus graves insultos" obligaron a Manuel Veiga a interrumpir el pleno durante unos minutos.