Polémicas sobre la Mesa de la Cámara aparte, lo cierto es que todos los grupos apelaron ayer al diálogo frente a la mayoría absoluta del PSOE en la legislatura que comienza. Todos excepto el PP, que ya se erige como la única oposición y el partido que llevará «el peso» de la Asamblea. «Vamos a ser contrapeso y freno a esas políticas que nos están llevando a la situación actual, donde se pierde día a día calidad en los servicios públicos», afirmó al término del pleno el líder popular, José Antonio Monago.

Según avanzó, su partido hará una oposición «seria, rigurosa y leal» llevando al Parlamento propuestas «de calado y de interés». Monago insistió en que el PSOE puede tener la tentación de imponer su «rodillo» sobre el diálogo que es necesario siempre para los «grandes temas» y reiteró que el PP actuará «de freno y contrapeso».

También al diálogo apeló el que será presidente y portavoz del Grupo Parlamentario de Ciudadanos, Cayetano Polo. Según dijo, su «obsesión» será el empleo y harán una oposición «tranquila, útil y constructiva». Polo expresó su deseo de que el «brindis al consenso» que ha lanzado Fernández Vara sea una realidad y recordó que su partido ya está acostumbrado a pactar y trabajar en la oposición. «Cuando hay una mayoría absoluta es cuando se tiene mayor capacidad de demostrar que uno cree en el consenso», reafirmó.

En la misma línea, la portavoz de Podemos, Irene de Miguel, confió en que «el rodillo» socialista no se aplique contra las propuestas de la oposición. Abogó por trabajar por el empleo «de calidad», el feminismo y una transición ecológica que traiga consigo un nuevo modelo productivo para la región. De Miguel también apeló al consenso para que las leyes que se impulsen en esta legislatura perduren en el tiempo.

Por último, la portavoz socialista, Lara Garlito, consideró que la «estabilidad política» de la mayoría absoluta favorecerá la creación de empresas y de empleo. La diputada se reafirmó además en el diálogo para tender puentes hacia todos los espacios.