El precio de la tierra se frenó en el 2008 (último dato publicado) en España rompiendo una tendencia alcista que casi le había llevado a cuadruplicar su valor en el 2005 con respecto a 1983. Con la excepción de los primeros años de los 90, cuando la crisis económica general también hizo estragos en el valor de las fincas rústicas, el coste de este tipo de bienes había registrado un incremento constante que le había llevado a alcanzar cotas históricas e incrementos por encima del 800% en las Islas Canarias (por la limitación provocada por la insularidad) o del 500% en Andalucía. Extremadura, por su parte, se queda en un tramo medio con una subida de más del 200%, mientras que regiones como Aragón o Asturias se mantuvieron por debajo del 150% y de forma llamativa Cantabria ni siquiera alcanzó el 30%.