Hay un desajuste entre sueldos y precios, entre el dinero que llega a los hogares y el coste de los productos y servicios que consumen las familias (muchos de primera necesidad). Mientras que los salarios bajan, la vida sube. Otra señal más de que la mejora económica de la que se habla a gran escala no se aprecia en el día a día. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) aseguran que el ingreso bruto anual de los extremeños ha caído un 1,4% en 2017 (ahora ronda los 18.445 euros). Y que ese descenso se debe principalmente al sector servicios, donde más empleo se está creando (y donde, la vez, crece la precariedad). Y al mismo tiempo, otro balance del INE refleja que los precios en la región se han incrementado hasta un 3,3% en los dos últimos años (un 2,1% hasta julio de 2018 y un 1,2% en 2017, casi la misma tasa de pérdida de sueldos justo en ese periodo). Una diferencia que dificulta la recuperación.

Esas recientes cifras dibujan un contexto en el que, aparentemente, se avanza en positivo. Ha subido el IPC (Índice de Precios al Consumo) especialmente en transportes, donde se ha registrado un 6% más; y en vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un 2,9% más. No obstante, también hay bajadas, como en el caso del ocio y la cultura, donde el IPC ha caído un 1%.

Pero en general, el resultado es en positivo. Desde 2016 la curva va hacia arriba, todo lo contrario de lo que ocurre con los salarios extremeños.

CHOQUE DE CIFRAS / Frente a este choque de cifras, los sindicatos tienen claro que es el momento de aumentar los sueldos tanto en el ámbito público como en el sector privado. Tras conocerse ayer los nuevos datos del IPC, desde CCOO quisieron subrayar que es necesario trasladar ya a los convenios de la región la subida salarial pactada en el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva. «A pesar de la contención de precios que se ha producido durante el mes de julio (es cierto que ha habido una reducción del 0,7%, pero debido principalmente al periodo de rebajas), la inflación anual continúa por encima del 2% en España; en Extremadura es del 2,1%», señala el sindicato.

Tal y como recuerdan, la variación salarial media pactada en convenio en la región en julio fue del 0,86%, frente al 1,65% de la media nacional: «Habrá que seguir negociando subidas que superen ese porcentaje, de acuerdo con lo firmado por los agentes económicos y sociales». El objetivo es evidente: permitir a los trabajadores recuperar su poder adquisitivo.

25.000 empleados / Gracias a ese IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, más de 25.000 empleados de la comunidad pueden negociar ya subir sus ingresos, porque el pacto estatal alcanzado afecta a los 17 convenios de la región que caducan antes del 2019.

No se trata, no obstante, de una obligación real, sino más bien de un compromiso que anima a seguir los criterios ya marcados para negociar un nuevo convenio colectivo, y estos pasan por una subida de los sueldos de alrededor del 2%, más una parte variable que puede llegar hasta el 1%.

Ese acuerdo también insta a establecer un salario mínimo de convenio de 14.000 euros anuales (1.000 al mes más dos pagas extras) de forma gradual hasta 2020.

La pretensión es que la economía de las familias pueda sentir realmente esa recuperación de la que se habla, ya que el 70% de los hogares extremeños aseguran no percibir ningún tipo de mejora (según el Análisis y perspectivas 2017. Desprotección social y estrategias familiares elaborado por la Fundación Foessa para Cáritas).

La realidad es que mientras los precios se han alzado hasta un 3,3% en la comunidad en los últimos dos años, los salarios extremeños no han dejado de reducirse ni han dejado de ser los más bajos del país.