La Confederación Regional de Empresarios de Extremadura (Creex) también mostró ayer su «preocupación» ante el pacto para la subida del salario mínimo a 950 euros. El colectivo reconoce que era un acuerdo al que había que llegar para despejar incertidumbre en la economía, el empleo y las empresas, pero lo asume «con resignación» y vaticina que perjudicará al empleo. «Quizá no tenga mucho impacto en otras regiones, pero sí en Extremadura», señaló el secretario general de la Creex, Francisco Javier Peinado.

Según explicó, en la región habrá muchos sectores afectados porque sus convenios se sitúan ahora por debajo de los 950 euros, como es el caso no solo del campo, sino también de la limpieza, la dependencia o la vigilancia. Para estas empresas será «una imposición legal» negociar un nuevo convenio, lo que tendrá impacto en la productividad y la competividad.

Además, según Peinado, «a nadie se le escapa que el trasfondo buscado es incrementar los ingresos, vía cotizaciones, de la Seguridad Social», una cuestión que considera que «puede ser legítima, pero no hacerlo así, de manera brusca». Insiste, no obstante, en que este acuerdo «es el menos malo, pues una subida a mil euros hubiera sido una catástrofe».

Sobre este asunto también se pronunció ayer el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que consideró «de justicia» la subida del salario mínimo a los 950 euros. En unas declaraciones recogidas por Efe, abogó por «hacer todo lo posible para que las empresas lo puedan pagar». «Es de justicia que se pueda repartir el beneficio para que una parte revierta en la propia empresa y otra vaya a los empleados», dijo el presidente, que instó a las empresas y los sindicatos a acuerdos sobre los convenios para que se mejore la productividad, la economía crezca y se genere más empleo.