Con el verano recién estrenado, las vacaciones a la vuelta de la esquina y los termómetros al alza, las reservas en los alojamientos turísticos empiezan a dispararse, las playas del país están comenzando a llenarse de visitantes, pero los ríos, charcas y piscinas naturales extremeñas siguen en su mayoría completamente vacías por el momento. Y los empresarios del sector turístico, especialmente los del norte de Extremadura, han puesto el grito en el cielo: temen un verano de pérdidas para la región si no se abren las zonas de baño.

La voz de auxilio la dan 21 asociaciones y federaciones empresariales vinculadas al turismo que representan a su vez a más de 1.100 empresarios extremeños que están preocupados ante la situación de incertidumbre y la negativa ya de algunos municipios a no abrir sus espacios de baño, el principal reclamo de Extremadura para captar turistas durante el periodo estival.

La decisión final de abrir o no las piscinas, tanto las naturales como las municipales, es del gobierno local de cada municipio. La Junta de Extremadura ha publicado una guía de recomendaciones a seguir en estas zonas de baño, pero el consejero de Sanidad, José María Vergeles, defendía hace unos días la autonomía municipal: «Si creen que se sienten capaces de abrirlas con seguridad que lo hagan. Si no lo hacen, están en todo su derecho para no abrirlas. No vamos a forzar a nadie ni vamos a hacer una recomendación fuerte en torno a este tema».

DECISIÓN CONJUNTA / Pero el sector insiste en que la decisión de abrir o no un espacio esencial para el ocio, pero también vital para el turismo regional no sea tomada de forma unilateral por cada ayuntamiento sino que sea una decisión consensuada por todos los alcaldes, especialmente los del norte extremeño que concentra la mayoría de estos espacios naturales y una decisión también que cuente con el respaldo y la protección de la Junta de Extremadura, las diputaciones y las confederaciones especialmente, que están realizando advertencias que, a su juicio, suponen una dificultad añadida.

«Necesitamos que cooperen todos, no puede ser una decisión individual de cada alcalde, ni puede recaer en ellos toda la responsabilidad porque en realidad es una responsabilidad colectiva que afecta a los municipios limítrofes y se precisa del apoyo, el esfuerzo y la flexibilidad de todos los agentes participantes con capacidad de decisión en estos momentos tan difíciles para todos».

De hecho, advierten del riesgo extra que puede conllevar tomar decisiones de forma aislada, ya que, si un alcalde decide no abrir la piscina de su pueblo, esto puede tener un efecto rebote y en cascada en los municipios cercanos y también puede hacer más difícil la gestión de aquellos otros espacios que sí abran al público. E insisten en que si el objetivo es evitar el desplazamiento a la región de familiares y de propietarios de segundas residencias de otras comunidades, no va surtir efecto.

IMAGEN Y EMPLEO / Estos 21 colectivos que han alzado la voz explican que están en juego pérdidas económicas no solo para sus negocios sino para el conjunto de la región, que cifran entre 30 y 50 millones de euros. Y tendrá consecuencias directas también para el empleo y para la imagen de marca ligada al agua que la Dirección de Turismo de la Junta lleva incentivando especialmente en los últimos cinco años. Los espacios de baño naturales son marca indiscutible de Extremadura.

«La región tiene tanta agua interior habilitada para el baño como España de costa, eso nos hace un destino único». Advierten de que el turista no espera, «se decanta por lo que le va a proporcionar más seguridad y plazas y si le entran dudas sobre el baño, buscará otros destinos». De hecho, dicen que reciben constantemente consultas de clientes que quieren garantías de que podrán bañarse en las piscinas naturales antes de efectuar una reserva e incluso ya han tenido cancelaciones tras el anuncio de varios ayuntamientos. Por eso se muestran preocupados y piden responsabilidad y sensatez: «Mientras toda la costa estará abierta y se están promocionando las playas, la costa interior de Extremadura tan grande en extensión no puede estar cerrada». Insisten en que aún se está a tiempo de intentar salvar la campaña.

Más allá de lo que supone para el ocio y para la economía de estas zonas, señalan que las piscinas «son sumamente importante como láminas de agua de protección contra incendios».

MEDIDAS / Y con todos estos argumentos consideran que abrir las piscinas naturales de la región es «imprescindible» y exigen que se adopten medidas que permitan adaptar estos espacios y sus normas a la situación actual, como están realizando todos los negocios del conjunto de sectores, como son el control de aforos, de los accesos… Los empresarios son conscientes de que muchos ayuntamientos no tienen fondos para asumir los gastos extra que generan esas tareas, por eso proponen que se contraten trabajadores para limpieza o control de aforos y aparcamientos a través del Aespa, del Plan Reactiva de la Diputación de Cáceres o de la Junta o que el dinero de campañas de promoción se dirijan a los ayuntamientos. Son algunas de las soluciones que plantea el presidente de la Asociación Turismo Norte de Extremadura (Aturnex), Ignacio Lozano. A su juicio, lo primero siempre será la salud de las personas, «pero también es necesario seguir teniendo recursos para subsistir, crear empleo y poder pagar las facturas».