Aseguró hace un mes en una entrevista con EL PERIÓDICO EXTREMADURA que «el problema del camalote es de imagen, no de la calidad del agua». Y ahora rectifica y reconoce que se equivocó: «Tengo más información que cuando dije esa frase. Lamento que ha sido desafortunada». Fueron las declaraciones ayer del presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Samuel Moraleda, tras salir de la reunión mantenida con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y la delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, para abordar el problema del camalote, la planta invasora que, tal y como aseguran los sectores más críticos, «está matando al río Guadiana».

Para Moraleda la lucha contra esta «maleza acuática» se va a convertir en «una prioridad absoluta para la CHG» y por ello se van a «agotar todos los esfuerzos» para erradicarla. Porque la realidad es que «está afectando al ecosistema fluvial, y también a distintos usos del agua (como la pesca o el piragüismo) y a infraestructuras hidráulicas».

A PARTIR DE OCTUBRE / De este modo, a partir del mes de octubre se van a intensificar las acciones para erradicar el camalote (también llamado jacinto de agua): se incorporarán doce embarcaciones nuevas y seis equipos mecánicos más para una «limpieza integral». Este refuerzo se sumará a las labores actuales; cada día se extraen 2.000 toneladas de esta planta exótica invasora que crece en la superficie fluvial. La idea es que el río esté limpio en enero de 2019 y, a partir de ahí, puedan realizarse labores de mantenimiento. Se trata, en conjunto, de un plan de choque -que ya ha sido trasladado al Ministerio de Transición Ecológica- en el que ha participado la Universidad de Extremadura (Uex) para que «no vuelva a repetirse la explosión masiva», en palabras de la delegada del Gobierno, quien tiene claro que lo que se ha hecho hasta ahora no ha funcionado para acabar definitvamente con el problema. «De nada vale invertir dinero de forma no sostenible».

Actualmente decenas de kilómetros del río están invadidos, desde la desembocadura del Zújar en Villanueva de La Serena hasta la frontera portuguesa en Badajoz, prácticamente el mismo tramo afectado que en el verano de 2017. «Las condiciones climatológicas de agosto han hecho que se intensifique su presencia, generando un gran impacto medioambiental, ya que la planta está colonizando toda la zona en su máximo esplendor», aseguró Yolanda Seco.

ALERTA POR ALQUEVA / Asimismo, el alcalde de Olivenza, Manuel González Andrade, también adviritió hace unos días del daño que supondría que ese manto verde llegara al embalse de Alqueva: «Si sigue avanzando, las consecuencias pueden ser fatales», subrayó. Su argumento es que se pone en riesgo parte del potencial turístico y económico de Olivenza y de seis municipios portugueses que disponen de embarcadero y puerto deportivo en las inmediaciones de este pantano.

Lo cierto es que cuando el camalote se descontrola cubre totalmente el río de orilla a orilla en grandes cantidades, y la descomposición de su materia orgánica produce efectos perjudiciales, ya que deja a oscuras el agua y afecta a los sistemas de canales de riego al introducirse en ellos. No es solo cuestión de imagen.