"Nadie puede negar a nadie su derecho a ser madre. Ni tampoco nadie puede obligarle a nadie a serlo. Extremadura apoya una reforma de la ley del aborto por consenso. Necesitamos una ley del aborto que conecte con la sociedad, que sea reflejo de la España actual, la que inicia 2014. Y para ello, las posiciones se tienen que acercar". Con esta contudencia se expresó el presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago, en su discurso de fin de año, sobre el polémico anteproyecto de ley del aborto, aprobado en Consejo de Ministros el pasado viernes, cuya tramitación se iniciará en el Congreso y el Senado en las próximas semanas.

Para Monago, la ideología no debe introducirse en asuntos de estado como la educación, la sanidad o la dependencia, ni en materias sensibles como la reproducción asistida o la interrupción voluntaria del embarazo. En este sentido, insistió en que su impacto emocional "implica una gran responsabilidad y una gran madurez política de todos". Por ello, no dudó en remontarse al pasado: "La ley del aborto de Felipe González nos unió durante 25 años y la de Zapatero solo ha necesitado tres años para dividirnos. Debemos trabajar entre todos por una ley del aborto que dure al menos otros 20 años".

Desde el Museo Vostell

El presidente se dirigió a los extremeños desde el Museo Vostell-Malpartida, donde reflexionó sobre el camino recorrido en 2013 y sobre el que se atravesará en 2014. Así, abogó por un campo extremeño del siglo XXI, que se convierta en pilar de la economía. "Creemos en un campo que tiene todas las condiciones necesarias para producir un ecosistema competitivo para generar nuevos empleos orientados a la transformación y venta de nuestros productos en el mundo y también a la conservación de nuestro medio ambiente".

José Antonio Monago dio protagonismo a la educación, al papel de los municipios, a la vocación emprendedora de los extremeños, a los jóvenes, a los empleados públicos y a los pensionistas, entre otros colectivos.

Pero también abordó la deuda histórica, de la que recordó que "serán como mínimo más de 300 millones de euros que nos ayudaran a seguir avanzando en la nueva Extremadura que estamos construyendo. 50.000 millones de las antiguas pesetas que nos van a permitir consolidar la transición económica que estamos liderando y dejar definitivamente el tiempo de dificultades al que todos nos hemos sobrepuesto".

Cataluña y la financiación autonómica

En un momento de su alocución, el presidente subrayó el derecho de Extremadura a ser objetivo 1 para España "como lo somos para Europa. Para nosotros, la pela, también es la pela".

Y matizó a Cataluña y su deseo de convertirse en Estado, que "ya lo es porque las comunidades autónomas somos estado porque formamos parte de el. Y como los presidentes juramos los estatutos de autonomía y la Constitución española para poder presidir un Gobierno autonómico, cuando un presidente no cumple con sus obligaciones el estado de derecho no debe actuar sobre los pueblos, suspendiendo una autonomía, debe hacerlo sobre los gobiernos y sus presidentes. Así que todo el peso de la ley hacia él".

Para apostillar que "necesitamos de la mano izquierda y de la mano la derecha para construir el centro. Y desde Extremadura vamos a defender siempre un estilo de hacer política en el que lo único importante sean las ideas y las personas para construir con humildad más Extremadura, más España y más Europa, entre todos".