El presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, resaltó ayer la conversación mantenida con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara para abordar el cierre que Altadis plantea de una fábrica en la región a la que va parte del tabaco extremeño. Los dos presidentes regionales prevén reunirse la próxima semana para abordar las consecuencias del posible cierre de esta planta tanto en la comunidad riojana como en la extremeña.

En este sentido, el Gobierno de La Rioja y los sindicatos propondrán a Altadis un plan de viabilidad alternativo al cierre de la planta riojana de Agocillo, que la empresa ha previsto para antes del 30 de junio próximo y que afectaría a la totalidad de la plantilla, formada por 471 trabajadores. Además el presidente riojano ha mantenido una reunión con el Ministro de Industria, José Manuel Soria, y se prevén otros encuentros con el de Economía, Luis de Guindos y la embajada del Reino Unido (país del que depende la matriz Altadis, Imperial Tobacco), informa Efe.

En Extremadura las reacciones al cierre de la planta riojana, la última de Altadis en España, no se hicieron esperar tal y como viene informando este diario. Un día después de que la multinacional anunciara el cierre, los tabaqueros ponían sobre la mesa de la sede presidencial extremeña los problemas del sector y pedían a Vara que lidere la negociación del futuro de la producción de un cultivo del que depende buena parte de la economía del el norte de la provincia de Cáceres. Las organizaciones agrarias temen que el cierre de la planta de Altadis sea un paso en firme de la empresa para abandonar España y que eso tenga como consecuencia que deje de comprar el tabaco extremeño, lo que sería un duro golpe para el sector, que tiene en Altadis a uno de sus principales clientes.

PROBLEMAS El cierre de la planta de La Rioja es un problema añadido a la delicada situación que atraviesa el sector desde hace años, con bajadas continuas en la contratación que provocan que los tabaqueros vean un futuro poco halagüeño para sus explotaciones, de las que dependen 20.000 familias en la región. El sector genera además otros 700 puestos de trabajo en las dos plantas de primera transformación que hay en Navalmoral de la Mata y Talayuela.

Mientras Tanto Altadis no concreta hasta qué punto llega su compromiso con el tabaco extremeño y se remite, como ya publicó este diario, al acuerdo suscrito con el Ministerio de Agricultura y por el que únicamente garantiza que comprará tabaco a la región, pero sin definir ninguna cantidad.

La empresa reconoce echando la vista atrás "en los últimos años los volúmenes de compra ya se han ido reduciendo", algo que circunscriben al contexto negativo del sector y que ha ido parejo a la disminución del número de fábricas que Altadis tenía en España (hace 16 años había 12 empresas y el próximo 30 de junio quedará únicamente la de Santander, de producción mecanizada). El argumento defendido por la empresa es que, puesto que cada vez se fuma menos, cada vez se vende menos, se produce menos y hacen falta menos fábricas y así, "también se necesita menos materia prima. Es la ley de la oferta y la demanda", señalaron a este diario.