Guillermo Fernández Vara no vivía desde el año 2010 un pleno de presupuestos tan relajado y previsible como el de la tarde de ayer. Tanto, que a pesar de tratarse de la ley más importante del año y la que servirá «de pórtico» para las políticas de los próximos cuatro, el jefe del Ejecutivo estuvo ausente la mayor parte del debate. «Esto es la mayoría absoluta», se lamentó la oposición. Atrás quedaron los tiempos de las negociaciones in extremis y los acuerdos con uno y otro bando: ahora los 34 diputados socialistas son suficientes para sacar adelante unas cuentas que el PP y Ciudadanos (Cs) rechazaron por ser «un fraude de principio a fin», pero que sí contaron con el voto de confianza de Podemos.

Como ya se esperaba, el presupuesto continúa su tramitación parlamentaria después de que ayer ni la enmienda total de los populares ni la de la formación naranja salieron adelante gracias a la mayoría absoluta del PSOE. De hecho, solo contaron con el voto favorable de ambos grupos, pues también Unidas Podemos optó por no apoyarlas y ponerse a trabajar ya «mano a mano» en las enmiendas parciales. Según les reprochó el dipuado de Cs David Salazar, porque ahora son «los socios preferentes» del PSOE en Madrid.

Álvaro Jaén, portavoz de la formación morada, reconoció que es poco creíble presentar las cuentas más expansivas de los últimos años en la región «más atrasada» de España y cuando se avecina una nueva recesión económica, pero abogó por «hacer un acto de fe en este primer año». Reconoció que hay cuestiones que no les gustan, como los incrementos de las partidas destinadas a las retribuciones de los altos cargos, pero aún así abogó por esperar a ver cómo afectan a la región las alianzas tejidas a nivel nacional. Mantuvo la mano tendida para «reclamar a Madrid y poner en valor la España rural». Su compañera de filas Lorena Rodríguez también asumió que estos presupuestos pueden resultar ser «el cuento de la lechera» por sus ingresos inflados, pero se reiteró en ese voto de confianza acompañado de un seguimiento y fiscalización de las modificaciones de crédito y la ejecución de las partidas.

6.006 MILLONES / Las cuentas autonómicas para el año 2020 superan por primeraz vez la barrera de los 6.000 millones tras crecer un 3,6% (207 millones más) respecto a las del año anterior. En la presentación del proyecto de ley, la consejera de Hacienda y Administración Pública, Pilar Blanco-Morales, pidió el apoyo de los grupos para estos presupuestos, que son los primeros de la legislatura y según dijo los que servirán «de pórtico» a las políticas de los próximos cuatro años.

Frente a la «falacia» de los ingresos ficticios de la oposición, la consejera defendió que la Junta ha elaborado un borrador «realista en los ingresos, sólido en lo financiero, comprometido con las políticas sociales y empeñado en la inversión productiva». Alegó que se han utilizado «todas las posibilidades» para activar la inversión, crear empleo y asegurar la cohesión social, destinando siete de cada diez euros a políticas sociales. El cuadro macroeconómico, que contempla un crecimiento del PIB del 2,1% y del 1,1% para el empleo, fue la diana de las críticas de la oposición. Al respecto, Blanco-Morales defendió que las previsiones se han elaborado «con la máxima prudencia, los datos disponibles en cada momento y la aprobación de la autoridad fiscal». Unos presupuestos, en definitiva, que «cumplen con la ciudadanía sin recortes» y que ofrecne resupuestas a los problemas que tiene la región.

Las dos enmiendas a la totalidad que presentaron el PP y Ciudadanos pedían la devolución del proyecto de ley a la Junta. Ambos coincidieron en que el borrador no servirá para solucionar los grandes retos que la región tiene por delante, especialmente el de la despoblación (según recalcó el líder del PP, José Antonio Monago, cada día se marchan de Extremadura 12 jóvenes que no vuelven), y afearon a la Junta que año a año presupueste las mismas partidas con las mismas cuantías para las mismas obras porque no las ejecuta: el nuevo hospital de Don Benito, al que se asignan dos millones de euros o la segunda fase del hospital de Cáceres (500.000 euros) son algunos ejemplos que citaron. Y sobre todo, criticaron el retraso en la tramitación cuando finalmente, a la hora de la presentación nada había cambiado porque España sigue sin un gobierno que haya podido aportar datos fiables para fijar esas previsiones de ingresos.

«Mi grupo no puede acompañarles en esta irresponsabilidad, para eso se bastan y se sobran con su mayoría absoluta», dijo Monago, que recordó a Fernández Vara que esa mayoría le dará para aprobar unos presupuestos «trucados e insostenibles» sin dificultad, pero no para «sacar a Extremadura del hoyo en el que estamos entrando y del que será muy difícil salir». Así, el líder del PP vaticinó más paro, más déficit, más probreza y más deuda con estas cuentas.

Por su parte, el portavoz de Cs, Cayetano Polo, señaló que el presupuesto presentado por la Junta es continuista y como tal, no ofrece soluciones a los grandes problemas de Extremadura, entre ellos el paro o la despoblación. Así, planteó una bajada de impuestos para IRPF, Sucesiones o Patrimonio e insistió en elaborar el presupuesto con la técnica base cero para estudiar detenidamente qué se destina a cada partida para poner fin a los «chiringuitos socialistas».