La decisión de los regionalistas del PREX-CREX de romper su coalición con el PSOE y, por tanto, contar con grupo propio en el Parlamento extremeño, llevará a la Cámara regional a una situación ya olvidada desde 1999, última vez que en el hemiciclo estuvieron representadas cuatro formaciones. En aquellas elecciones, celebradas el 13 de junio de 1999, el PSOE logró recuperar una mayoría absoluta perdida en 1995 y obtuvo 34 diputados, mientras que el PP conseguía 28. IU veía reducida a tres diputados su representación, y Coalición Extremeña, formada por tres partidos regionalistas, desaparecía de la Cámara regional.

Hasta ese momento, entre 1995 y 1999, Pedro Cañada había sido la voz del "regionalismo" extremeño en el Parlamento, encabezando una formación que agrupaba a Extremadura Unida, CREx, con Tomás Martín Tamayo al frente, y PREx, liderado por José María Rodríguez.

Aquella legislatura fue "movidita", como aventura el diputado de IU Alejandro Nogales para el próximo período de sesiones, ya que se vivieron dos pactos presupuestarios, se prorrogó el de 1997 y Teresa Rejas (IU) se convirtió en la primera presidenta de la Asamblea extremeña. Además, esta formación sufrió las consecuencias de los problemas internos a nivel nacional, que derivaron en la salida del mismo del diputado Luciano Fernández, entonces perteneciente al Partido Democrático de Nueva Iquierda (PDNI), y del independiente Juan Luis Aparicio.

La minoría parlamentaria del PSOE liderado por Juan Carlos Rodríguez Ibarra dio lugar a que el resto de fuerzas políticas -PP, IU y Coalición Extremeña- firmarán un pacto institucional para regenerar la vida pública extremeña y agilizar el funcionamiento de la Asamblea, que incluía la designación de Rejas como presidenta del Parlamento.

Sin embargo, Rejas solo permaneció dos años en el cargo, ya que los problemas internos de la coalición hicieron que presentara su dimisión, siendo sustituida por el socialista Manuel Veiga en 1997.

La minoría parlamentaria también obligó a acuerdos para sacar adelante los presupuestos regionales y los de 1996, los primeros tras los comicios, contaron con el apoyo del PP, entonces presidido por Juan Ignacio Barrero.

Corrieron peor suerte los de 1997, que fueron prorrogados, ya que las diferencias entre Rodríguez Ibarra y Manuel Cañada, sustituto de Ricardo Sosa al frente de IU, hicieron imposible el acuerdo, que tampoco se consiguió repetir con el PP, cuya portavocía parlamentaria ya era ocupada por Carlos Floriano.

El acuerdo entre las fuerzas políticas volvió a ser posible en las cuentas regionales para 1998, ya que Ibarra consiguió el apoyo de Coalición Extremeña, Izquierda Unida y PDNI, en aquellos momentos ya con grupo propio tras la salida de IU.

Con estos "movimientos" se llegaría a las elecciones de 1999, donde Ibarra recuperó la mayoría absoluta y los regionalistas perdieron su representación en la Cámara con grupo propio, una circunstancia que recuperarán en el actual período de sesiones.

Después vendría otra mayoría absoluta de Ibarra y el PSOE (2003), que se ampliaría con Fernández Vara, en 2007, que también supuso la desaparición de IU del escenario parlamentario, lo que dejó al PP como única oposición.

Del bipartidismo de la legislatura 2007-2011 se pasará en 2013 a un parlamento con cuatro formaciones. Si los dos años que restan de la actual serán tan "moviditos" como lo fue entre 1995 y 1999, solo el tiempo y el "enigmático" diputado Alejandro Nogales lo dirán.