El primer año de copago farmacéutico ha reducido la abultada factura de la Administración regional en medicamentos en más de 58 millones de euros. Los datos facilitados por la Consejería de Salud y Política Social ponen de manifiesto que el efecto disuasorio que las medidas aprobadas el pasado verano por el Ministerio de Sanidad han ejercido sobre el usuario no solo han conseguido rebajar el gasto farmacéutico público en un 18% en el último año, sino que también han contribuido a reducir el número de recetas facturadas, que cae un 12%. Especialmente a partir del pasado mes de septiembre, cuando la Seguridad Social dejó de financiar más de mil fármacos. A nivel nacional, el ahorro conseguido con la implantación del nuevo modelo alcanza los 2.000 millones de euros. "El Servicio Extremeño de Salud (SES) considera muy positivo el impacto de la medida, que permitirá que estos ahorros se reinviertan en mejor y más sanidad para los extremeños", indica el Gobierno regional al respecto.

Durante este primer año de copago, más de 200.000 pensionistas extremeños han comenzado a abonar, en función de su nivel de renta, un importe mensual por las medicinas que consumen, con un máximo de ocho euros al mes para aquellos con pensiones más bajas. Tras empezar a funcionar con dudas, quejas, fallos informáticos y mucho desconcierto, el nuevo sistema ya está completamente implantado y normalizado en las farmacias extremeñas, que en este tiempo también han notado en su bolsillo la reducción del gasto y las recetas. Hasta el punto de que, a juicio del presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz, Cecilio Venegas, la facturación de las oficinas ha caído un 20%.

Según los datos facilitados por la Consejería de Salud y Política Social, al aumentar la aportación del usuario la factura farmacéutica de la Administración se ha reducido en más de 58 millones. Ha pasado de los 322,9 millones que sumaba el gasto farmacéutico acumulado en julio del año 2012 a los 264,6 de los últimos 12 meses. La diferencia es del 18,06% y se ha dejado notar también en las recetas facturadas, que suman 24,1 millones, un 12% menos. El gasto medio por cada una de ellas desciende también de los 11,68 euros a los 10,97. "No se trata de una medida recaudatoria, sino de una acción que busca efectos disuasorios evitando prácticas abusivas en la ingesta de medicamentos y fomentando su uso racional y adecuado", insiste la Consejería de Salud y Política Social, que recuerda que desde que entrara en vigor el nuevo modelo de prestación farmacéutica, también por primera vez los parados sin ingresos y los futuros preceptores de la renta básica tienen derecho a la farmacia gratuita, que además se mantiene para los jubilados con pensiones no contributivas.

IMPLANTACION DEFINITIVA "El sistema está funcionando correctamente y ha quedado implantado con toda normalidad", indica Venegas. El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz reconoce sin embargo que todos los ahorros que se han producido, se han traducido en un déficit de caja para las farmacias. Y no por el hecho de que la Administración pague menos, sino porque el copago y la salida del sistema de más de 1.000 fármacos subvencionados han reducido las visitas al médico de cabecera. Lo prueba el hecho de que la emisión de recetas haya caído un 12%. "La gente sigue yendo al médico, lo que ocurre es que con la receta electrónica, las visitas son menos asiduas y eso hace que algunos productos que antes se solicitaban ya no se incluyan en la receta", explica al respecto el presidente del Colegio de Médicos de Cáceres, Carlos Arjona. El facultativo reconoce que la desfinanciación ha tenido mucho que ver.

En cualquier caso, tras los cambios implantados los grandes damnificados han sido los pensionsitas del ámbito rural, en su mayoría con pensiones muy bajas. Así lo asegura desde la Federación Empresarial de Farmacia Rafael Baños. "Los pacientes están haciendo verdaderos esfuerzos para mantener los tratamientos. Son mayores y en la mayoría de los casos, se juegan la vida", explica. Baños regenta una botica en la localidad de Aceúche y asegura que conoce casos que "dan pena". "En este año he observado que los pacientes, especialmente los de las zonas rurales, están haciendo verdaderos esfuerzos para mantener los tratamientos porque no es solo el copago, es también la cantidad de fármacos que han dejado de financiarse", dice el farmacéutico.