Africa, Asia y América del Sur son las zonas que se consideran potencialmente más peligrosas en cuanto a la posibilidad de contraer patologías infecciosas como la fiebre amarilla, el cólera o el paludismo. Aunque ancianos, embarazadas, imnudeprimidos, niños y personas con enfermedades crónicas constituyen los principales grupos de riesgo, el retrato del viajero que más habitualmente contrae alguna enfermedad de las citadas es el de un joven, menor de 30 años, con escasa experiencia en viajes, que acampa al aire libre, come en puestos ambulantes y pasa más de un mes recorriendo zonas rurales.

No obstante, cualquier viajero corre el riesgo de infectarse, por lo que la vacunación no es sólo conveniente, sino obligatoria para entrar a algunos países que incluso exigen un certificado de vacunación para obtener el visado de entrada. Sin este certificado, en numerosos países africanos y asiáticos pueden prohibir la entrada o someter al visitante a un periodo de aislamiento que puede alcanzar los diez días.

Los centros de vacunación internacional, que se encuentran en la mayoría de las capitales de provincia --en Badajoz, Ronda del Pilar, 22-- son los únicos autorizados por el Ministerio de Sanidad y reconocidos por la Organización Mundial de la Salud para programar y definir la vacunación necesaria para viajar a cada país y, por tanto, para emitir la tarjeta de vacunación. La selección de las vacunas dependerá de la situación sanitaria del momento, las enfermedades endémicas de la zona y las características y duración del viaje.

En los centros se habilita una ficha para cada viajero y se determina específicamente qué vacunas precisa. De esta forma se evita la administración indiscriminada de medicamentos o una protección insuficiente.

Normalmente se recomienda iniciar las gestiones sanitarias con antelación, ya que hay vacunas que requieren un refuerzo o no puede aplicarse a la vez.