La Junta de Extremadura media en esta guerra interna sobre la denominación oficial del cava producido en la región, pero no tiene capacidad de decidir la postura definitiva. Antonio Cabezas, director general de Agricultura, ha indicado que se ha pedido informes a la Consejería de Economía y un estudio pormenorizado a Extremadura Avante para saber qué nombre sería el apropiado: «esto no debe ser una decisión ni localista ni política, sino una decisión comercial, es decir, lo que más beneficioso sea para vender el mayor número de botellas de cava».

Desde la Junta entienden a los agricultores y elaboradores que defienden mantener el nombre de Cava de Almendralejo, pero también escuchan a los que prefieren el nombre de Extremadura. Dice que hay muchos consumidores que lo buscan como cava de Extremadura «y algunos dicen que ese producto es más fácil llamarlo así para abrir frontera en los cavas premium».

En cualquier caso, Cabezas es consciente de que los productores no se ponen de acuerdo y que la situación está creando una alarma «innecesaria porque se están haciendo declaraciones localistas para enfrentar». Argumenta que «no podemos enfrentarnos, sino unir» y, en este sentido, defiende el trabajo realizado por la Consejería de Agricultura llevando una y otra vez recursos que se oponen a resoluciones dictadas por el Consejo Regulador. «En el cava siempre ha habido unión y ahora algunos quieren crear conflicto».

En las próximas semanas seguirá habiendo reuniones para tratar este tema delicado que mantiene por primera vez divididos a los cavistas con su propio producto. La etiqueta del futuro cava de la región se mantiene en el aire. Sea Almendralejo o sea Extremadura, «lo que nos interesa es vender», sentencia Cabezas.