El Grupo Industrial Alfonso Gallardo confirmó ayer en un comunicado lo que ya adelantaba este diario: la refinería que pretende construir en Extremadura tendrá capacidad para suministrar gas butano y propano a toda la región, así como parte de Andalucía y Portugal. El anuncio no estuvo exento de polémica, ya que el Partido Popular consideró "sospechoso" que la Junta se haya mantenido "pasiva" ante el cierre de la planta de Repsol en Mérida, que "casualmente" beneficia al promotor del proyecto de refino.

El Gobierno regional no respondió directamente a estas insinuaciones, si bien emitió una nota para manifestar su "respeto" a la decisión de Repsol, a la vez que reiteró que le exigirá "el mantenimiento de los plazos de suministro". Por su parte, la asociación Ecologistas en Acción aprovechó la última novedad sobre el Grupo Gallardo para criticar su intención de poner en marcha una refinería en Extremadura en el 2010, algo que califica como "una locura".

De este modo, la iniciativa industrial que más controversia ha generado en la región en los últimos años volvió ayer al punto de mira. Y es que mientras el director del proyecto, Edgar Rasquín, se limitó a repetir la producción de butano y propano prevista --264 millones de litros, con lo que no solo podrá abastecer a la región (que el año pasado consumió unos 184 millones) sino también a las provincias andaluzas de Huelva, Sevilla y Córdoba, así como a las zonas del centro y el sur de Portugal--, el PP y los ecologistas, aunque con argumentos distintos, no dudaron en manifestar sus reticencias y críticas sobre la planta de refino.

SOSPECHA DEL PP Para el PP, resulta especialmente llamativa la "pasividad" de la Junta ante el cierre de la factoría de Repsol Butano en Mérida, fundamentalmente por la "sospechosa" casualidad de que beneficie al Grupo Gallardo. Por ello, el secretario general de este partido en la región, César Díez Solís, señaló en un comunicado que se trata de "un asunto que se debiera aclarar cuanto antes".

De hecho, Solís cuestiona que la Consejería de Industria no se haya enterado del cierre de Repsol Butano "hasta que la empresa no se lo ha comunicado definitivamente". Según indica, es posible que "no se ha querido enterar", porque "aunque la información hace meses que en Industria se sabía, no ha hecho nada por evitarlo". Además, el dirigente popular recalca que se trata de una empresa con larga tradición en Mérida, donde está asentada desde mediados de siglo, así como que con su cierra Extremadura será la única comunidad que no contará con este tipo de instalaciones de llenado y distribución de gas.

Aunque el Gobierno regional no respondió de forma explícita a los populares, la Junta sí emitió un comunicado acerca del cierre de la planta emeritense. En el mismo, afirma que desde que tuvo conocimiento de las intenciones de Repsol Butano de cerrar varias factorías, entre ellas la extremeña, ha mantenido contactos con la empresa para exigirle el mantenimiento de los plazos de suministro.

En este sentido, el Ejecutivo indica que "respeta el principio de libertad" de Repsol, que ya ha cerrado 17 de las 36 plantas con las que contaba en España, como consecuencia de la entrada de nuevos competidores en la distribución de Gases Licuados de Petróleo, que antes era su monopolio. No obstante, la Junta se compromete a apoyar a los trabajadores de la factoría emeritense para que, en caso de que el cierre se haga efectivo, "sea pactado con los sindicatos".

Finalmente, la organización Ecologistas en Acción endureció ayer su discurso, al calificar de "locura" la refinería que el Grupo Gallardo pretende construir en Extremadura. Así lo manifestó su coordinador en Andalucía, José Sillero, quien apuntó que esta instalación seguirá fomentando la producción de recursos fósiles, algo que, a su juicio y teniendo en cuenta la magnitud del problema que supone el cambio climático, "es injustificable socialmente".