Nos están ahogando y así es imposible seguir cultivando pimiento de la forma tradicional». Pedro Gordo lleva más de 20 años como productor de pimentón y es uno de los más de 200 agricultores que ayer se concentraron frente a la sede de la Denominación de Origen Protegida (DOP) ‘Pimentón de la Vera’ para reclamar unos precios justos. Los agricultores necesitan que se les pague, como mínimo, a 3,57 euros el kilo de pimentón (es la cantindad en la que se sitúa hoy el coste de producción) pero este año el precio será de tres euros. En 2017 se pagaron 3,24 y hace 30 años, en 1989, se vendía a 530 pesetas, lo que serían 3,18 euros.

Con estas cifras, los cultivadores están pasando por una fase de gastos que no pueden soportar porque, alegan, las industrias llevan años sin reconocer la subida de gastos en el campo. «Así es imposible seguir cultivando pimiento de la forma tradicional, que genera mucha mano de obra, y nos vamos a ver en la obligación de tener que abandonar la actividad por la poca colaboración que tenemos de la industria», explicó Pedro Gordo como afectado.

Los agricultores, convocados por UPA-UCE y Asaja, quisieron poner de manifiesto que producen una especie con denominación de origen y de una calidad extraordinaria, con gran demanda en el mercado pero con precios congelados desde hace 30 años. Por ello, según Gordo, si la situación continúa así «se van a cargar la DOP, que se creó para que el Pimentón de la Vera fuera un escaparate mundial, por no colaborar con nosotros ni negociar el precio base», recuerda.

ORGANIZACIONES / Por su parte, el responsable de Agricultura de UPA-UCE Extremadura, José Cruz, explicó que este año los industriales han ofrecido a los agricultores de pimentón un precio de tres euros, mientras que en 2017 se situaba en 3,24 y en 1989 se pagaban 3,18 euros. Para cubrir costes de producción, es necesario que la cifra alcance al menos los 3,57 euros por kilo. Por ello, Cruz defendió la necesidad de que los industriales acepten «de una vez por todas» una subida del precio del pimentón para que este recoja el aumento de los costes que asumen los agricultores y la alta calidad de sus producciones.

«La gente está cabreada, indignada, machacada y pisoteada, de ahí que la siguiente medida será aguantar, reivindicar y pelear para que se dé un precio digno a los productores de pimentón y no es por capricho sino porque hay margen para ello», dijo.

En la misma línea, el presidente de Asaja Extremadura, Ángel García, denunció la pérdida de agricultores en el sector en los últimos años, un centenar menos (actualmente son unos 400) y la disminución de la superficie de cultivo, que se ha reducido a casi la mitad, de 2.450 hectáreas en 2017 a las 1.280 de 2018. En este sentido afirmó que «o se actúa conjuntamente por parte de la Junta de Extremadura, los agricultores y los industriales, o el cultivo emblemático de La Vera desaparece». «Seguimos tendiendo la mano una vez más al sector industrial. Hay cinco (empresas) que quieren y aceptan la subida de precios, pero otras 12 quieren seguir atracando el bolsillo de los agricultores», criticó García Blanco.

Si las partes no llegaran a un acuerdo antes del 13 mayo y ante la imposibilidad de mantener el producto en la situación actual, la propuesta conjunta de las organizaciones agrarias es la reducción al 50% de la siembra prevista. Además, se prevé que a partir del próximo año la oferta de los cultivadores se realice de forma conjunta y no a título individual como hasta ahora. Otro problema añadido es la falta de mano de obra, «algo antagónico en una comunidad como la nuestra con una ingente cantidad de parados», por lo que han tenido que recurrir a la Comisión de Flujos Migratorios para solicitar un contingente de 1.500 personas.

UPA y Asaja ya han advertido que si no se lograse un acuerdo, la situación de las movilizaciones será más radical. Tras la concentración, los representantes de las organizaciones se reunieron con el presidente de la Denominación de Origen, Bonifacio Sánchez, quien se comprometió a trasladar estas reivindicaciones al conjunto de los industriales.